Definitivamente este es un Barça para partidos grandes. Lo volvió a demostrar ante un rival y en un estadio que solo traían malos recuerdos, lejanos –final de 1961– y cercanos –última visita en Champions. Y el mal fario parecía confirmarse cuando en el primer ataque lisboeta, la defensa azulgrana al completo hacía aguas y Pavlidis […]
Manita de épica (y de época)