Categories
Crónica

El día de la marmota

Al final hubo que agradecer que el Inter hiciera su trabajo en el partido de la tarde. Porque de haber rascado algo los checos en Milán, el bochorno habría sido aún mayor. De esta manera puede quedar la excusa de que el Barça no se jugaba nada y el Bayern, al menos, debía consolidar la primera plaza. Sería mentirse a uno mismo: la sensación real fue que si el Bayern hubiera necesitado golear –aún más– lo habría hecho como cada vez que se enfrenta al Barça en los últimos tiempos.

Porque el Bayern es simplemente –mucho– mejor equipo. Sin entrar a valorar la capacidad técnica de los futbolistas del equipo alemán, ya solo su preparación física está varios niveles por encima de la del Barça. Solo se recuerda un nivel físico similar en clave blaugrana en los tiempos de Luis Enrique. Sirva el primer gol del Bayern como ilustración: un simple balón a la espalda de la defensa y Bellerin, el supuesto lateral más rápido del equipo, queda en evidencia por obra y gracia de Sané.

Quedaban 80 minutos por delante pero ya se olía a calvario. A Gólgota. A Vía Crucis. A martirio. A suplicio. Porque este equipo se hunde en cuanto las cosas no salen bien.Porque la brutal inversión no está resultando como se esperaba, exceptuando a Koundé y a Lewa. De los que ya estaban, Busquets volvió a salir en otro retrato europeo. No le va a llegar la pared para poner tantos.De propina, se borró descaradamente del último bodrio de la liguilla. En un club serio, se le haría viajar a Plzen. Spoiler: descansará plácidamente en su casa de Badía.

¿Que lo de DembeLOL ante el Athletic fue un simple espejismo? ¿Que volvió por sus fueros en cuanto se enfrentó a un rival serio? Sería repetir algo que ya se podría haber escrito en 2017. Y en 2018. Y en 2019. Y en 2020. Y en 2021. Hasta el infinito y más allá. El problema principal de este equipo tal vez radique en que Xavi haya elegido a Ousmane como su referente. Por eso, el juego es un reflejo del francés: aparentaba que iba a ser algo importante pero, salvo algunos momentos brillantes, es una auténtica decepción.

Cuando Choupo-Moting marcó el segundo se volvió a temer una goleada de espanto. Por suerte, los bávaros levantaron el pie del acelerador. Suerte, sobre todo, para Bellerín, que también quedó señalado en el segundo gol –se confirma una vez más que el primero que levanta la mano pidiendo fuera de juego es el que lo rompe– y que bien podría haber terminado el partido pidiendo un papel de extra en la próxima película de Alatriste.

Al descanso, no se sabía aún si el Bayern había alineado como portero a Neuer o a Ullreich. O al juvenil de turno. De hecho, podría haber puesto bajo palos a los actuales Kahn, Pfaff o SeppMeier (78 años). No habrían recibido tampoco ni un solo disparo del rival. Tampoco en una segunda parte que solo ahondó en la sensación de inferioridad local. Sensación de estar jugando tres días y no hacerle cosquillas a los Davies, Upamecano y De Light. Sensación de estar 4 o 5 peldaños por debajo de la élite europea. El último gol ya casi ni dolió. ¿Qué le hace una mancha más al tigre? 33 goles encajados por Ter Stegen contra sus compatriotas. Los últimos 15, de manera consecutiva.

Eliminados antes de jugar los 2 últimos partidos. Antes de jugar un tercio de la liguilla. Y aún se puede dar otra vuelta en la tuerca de la ridiculez en la UEFA. Un Mou, un Cholo… Al menos antes solo se sufría una humillación al año.Porque la triste realidad es que hasta el momento Xavi solo ha mejorado a su antecesor en su silueta.