Una preocupante primera parte, plena de desconcierto defensivo y convertido en correcalles absoluto, de la que salía beneficiada una y otra vez la Real Sociedad encendió las alarmas blaugranas. Porque quedarse a 4 puntos del Real Madrid en apenas dos jornadas no había palanca que lo aguantará.
Unos 45 minutos iniciales llenos de grises. Negros en el caso de FrenkieDecepJong, que se empeñó en poner clavos de tungsteno en su ataúd. Viéndole perder absurdamente el balón en el gol de Isak, probablemente haga que Busquets se piense si irse a la liga de EEUU la temporada próxima o mejor dentro de cinco. Si el Manchester United envió ojeadores al Reale Arena, es más factible que se lleve a Zubimendi que al holandés. Gris clara la aportación de Yerrán Torres, que sigue sin gol. Y gris oscura la de Eric García, cuya mejor acción defensiva fue en el área realista al quitarle un claro remate de cabeza a Lewandoski. Urge llamar a Bilardo y que le grite en el vestuario “los de dorado son los nuestros”.
En el lado positivo, el propio Robert. Apenas necesitó tocar el balón por primera vez para inaugurar su cuenta como goleador azulgrana. Con 91 minutos jugados ya ha superado a la leyenda Dugarry (0 goles como azulgrana). Un gol tras cabalgada de Balde que invita a soñar con un Jordi Alba –por fin- suplente. Y atrás, un MATS que vuelve a parar –al menos- las que tiene que parar. Si es capaz de mantener este nivel, el equipo tiene muchísimo ganado respecto a las últimas temporadas.
El comienzo de la segunda parte no auguraba mejora en clave blaugrana. Demasiado pelotazo y escasez de ideas hasta que Xavi activó su primera palanca de cambios. Y acertó de pleno. No tanto con la entrada de Malcolm 2.0 como por la de AnsuFati. Su olfato de gol cambió el partido. El resultado. Las sensaciones. Y hasta la perspectiva de futuro. Porque Ansu lo hace fácil.
Parece que el diez de Messi tiene un gran poder: es como ponerse el traje de Spiderman. Un cuarto de hora necesitó Ansu para reventar un partido que se complicaba por momentos. La estadística no dirá que el 1-2 fue obra suya, pero su asistencia de tacón debería contar como gol. Sí engrosa la cuenta de DembeLOL que hizo otro de sus partidos caóticos y coutinhescos: tras estropear cada balón que tocaba, maquilló su partido con el gol. Otro de esos goles malditos que solo sirven para que algunos culés necesiten otros 5 años del francés para darse cuenta de su nulo capacidad como futbolista de equipo.
Un nuevo pase de gol de Ansu hizo que Lewandoski celebrase su cumpleaños con doblete.
Se confirma lo que decían de él en la Bundesliga: solo necesita tocar 3 balones para marcar dos goles. Tiene gol. Y tiene clase: devolvió la asistencia de tacón a Ansu para recordar, a los que dudaban, que no ha perdido gol. Siempre se ha intuido que lo mejor del chaval que cada cosa que hacía era dañina para el contrario. Hoy, aún como revulsivo, parece haberlo recuperado. Algunos dirán que se lesiona con demasiada frecuencia. Pero cada vez que vuelve, lo hace con gol. Como alguien que esté tocado por una varita. Como otro con el 10 a la espalda que empezó su carrera del mismo modo.