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Crónica

Ni un día tranquilo

Llevaba el Mallorca cinco meses sin puntuar fuera de casa. Parecía,pues, el mejor rival posible para que el Barcelona rompiese su reciente y nefasta racha como local. La única novedad era la de Memphis en ataque y el holandés, que no es un crack, volvió a confirmar que sus números aportan más que los de esos dos extremos agitadores con ficticia sensación de peligro pero que nunca resuelven nada. Depay ya lo hizo a principio de temporada, manteniendo al equipo con sus goles, y volvió a hacerlo hoy, con interesantes gestos en ataque y adelantando a su equipo mediado el primer tiempo.

 

Los de Xavi, hasta ese momento, intentaban presionar arriba e inclusose apreciaban  movimientos y desmarques de ruptura. Sí, se podía decir que había tramos buenos de juego. Pero tramos al fin y al cabo. De cinco minutos. De diez, siendo generosos. Imposible pensar en hacerlo durante 90 si se pierden casi todos los duelos individuales yse coleccionan pases fáciles mal dados hasta el hartazgo. Y es que hay que retrotraerse a tiempos del gaspartismo para ver tantos jugadores de bajo nivel o poco adecuados para el tipo de juego que pretende Xavi.

 

Tampoco ayuda la constante presencia de las trillizas por decreto ley. Piqué volvió al once inicial justo después de salir de la lesión. Y volvió a lesionarse. Qué sorpresa. A su lado, Alba perpetró un pésimo partido a nivel defensivo. Pero como aún es capaz de aportar algo en ataque – suya fue la asistencia a Memphis- seguirá ocupando el lateral izquierdo hasta que un político diga la verdad. No se puede dejar de mencionar a Sergio Busquets. El de Badia lleva muchos partidos en los que no da para más. Unos 187 para ser exactos. Pero ay, marcó el 2 a 0.Así que, si el gol de Rivaldo prolongó la agonía del gaspartismo y el de Sergi Roberto le sirvió para firmar el mayor contrato que jamás nadie mereció firmar por menos, es lógico pensar que un gol y una asistencia puedandar lugar a renovaciones hasta el 2040.De momento Sergi ya ha firmado por un año más sin aportar más que su sonrisa.

 

Cuando Yerrán Torres puso el 3 a 0, el posible gol de la tranquilidad iba a permitir disfrutar de los minutos de regreso de Ansu Fati. Pero en la repetición, el VAR apreció un rictus de Dani García Lara en el valenciano y volvió a recordarle los muchos millones que ha costado. Apenas 5 minutos después, volvieron los nervios. La salida de Kuboya estaba poniendo en evidencia a toda la defensa azulgrana hasta que un error clamoroso de Araujo, rompiendo el fuera de juego y desentendiéndose de su par, permitió a Raillo meter al Mallorca en el partido.Por suerte para el Barça, los de Aguirre nunca creyeron que realmente podían puntuar en el otrora inexpugnable Camp Nou: pesaba demasiado en su mente el duelo a vida o muerte de la próxima jornada frente al Granada. Tres puntos más. Y una jornada de sufrimiento menos.