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Los Mundiales y el deporte Rey

Aunque voy a muerte con Messi, me gusta la idea que, por tercera vez consecutiva, coincida que Guardiola está entrenando en la liga del país campeón del mundo.

Curiosamente, hasta que adquirí consciencia política (y esta fue el independentismo), sentía la misma decepción que ahora han sentido los alemanes cada vez que eliminaban a España del Mundial, lo cual no quita que me resultase muy difícil no alegrarme por los 7 culers (+Valdes) que salieron campeones en Sudáfrica: el 94 con el mistu de Julio Salinas y el codazo a Luis Enrique; la cantada de Subi ante Nigeria en el 98, aunque se lo tuviesen merecido por pretender ir de favoritas jugando con 5 defensas + un centro del
campo con Hierro, Nadal y Caminero; y en 2002 con el árbitro aquel egipcio ante Corea (juraría que además el partido fue en un horario horrible, un sábado a las 8 de la mañana). En 2006 ya estaba sudando olímpicamente o, directamente, deseando su eliminación (y más con el precedente de la Euro’04 con aquel desconocido mindundi llamado Iñaki Sáez no sacando ni un mísero segundo a Xavi y poniendo a Raúl Bravo (!) de titular).

Dicho lo cual, también me gustaría que la ganase este año alguna nueva selección (menos, obviamente, Portugal): si ya te puedes hacer una idea de cómo estarían los Campos Elíseos, o la avenida esa del Obelisco, para recibir a la Francia o Argentina vencedoras,
imaginaros lo que supondría para una Bélgica o una Croacia ganar por primera vez un Mundial (si en España subió el PIB un 1% en 2010, aparte del tema de la natalidad), cuando hay países que montan fiestas nacionales por haber alcanzado los Cuartos de final (Costa Rica en 2014) o incluso los Octavos (Algeria, también en 2014, con el añadido que hizo sufrir a la campeona Alemania ).

Al fin y al cabo, y por mucho asco que dé el fútbol de selecciones, los Mundiales son la demostración de por qué el fútbol es, y siempre será hasta la aparición de ese deporte de peli de futuro postapocalíptico con violencia y muertos, el deporte rey, por mucho que lo intenten los birriosos deportes americanos con sus superbowls y sus finales de la NBA: ningún otro acontecimiento -deportivo y no deportivo- es más seguido por la humanidad, ni es capaz de aglutinar la atención de más pueblos, que un Mundial. Después de todo, y teniendo en cuenta que más de la mitad de la tierra lo es, el fútbol también será siempre el deporte de los pobres; ningún otro requiere menos elementos para practicarlo que una pelota (a veces ni eso) e imaginarte que, por ejemplo,
dos montones de ropa tirados en el suelo son una portería.

Por cierto, me pregunto si algún yoyero (sobre todo los catalanes con la veintena o treintena) recuerda una serie de animación que pasaron por el Super3, coincidiendo con el Mundial de Francia del 98, sobre la historia de los Mundiales con un abuelo y un nieto viajando en el tiempo para visitar cada edición (además tenía un opening con una musiquilla muy pegadiza). Mira que, por muy desconocida que sea, siempre encuentras alguna referencia de una serie del pasado (especialmente en YouTube), pero es que de esta no hay nada de nada.