Messina y Mourinho, Mourinho y Messina, llegaron a un Madrid en apuros como poco menos que garantes del triunfo seguro y actualmente andan sometidos al absoluto poder de un Barça que ha puesto en solfa su publicitado carácter ganador.
Ante el sorpasso a todos los niveles imaginables que llevaba tiempo cocinándose en el baloncesto y el fútbol patrio, abonado terreno para lo blanco desde tiempos inmemoriales y más oro y azulgrana que nunca en la primera década del nuevo siglo, el Madrid decidió cortar por lo sano y tirar más de mando que de talento, lo apostó todo al traje ante la imposibilidad de fichar los mejores chándals del mercado, los que no dejan pasar ni el aire ni los títulos.
No se la jugó Florentino, a quien pocas opciones le quedaban con Navarro, Ricky, Mickeal y los gigantes en el Palau y los enanos en el Camp Nou, pero sí se la jugaron los que se apresuraron a ingresar en cuenta el irrechazable y envenenado cheque que les acababa de extender el acorralado conseguidor. Mourinho y Messina acababan de poner en juego todo su prestigio ante el mejor Barça de siempre.
Ayer mismo, después de una Euroliga y unas cuantas palizas en el caso de Ettore, y de siete puntos y cinco golitos en el de Jose, ambos dieron un significativo paso atrás (con la boca pequeña el segundo y casi a gritos el primero), conscientes de que no supieron medir bien el real potencial del enemigo intimo.
El mensaje es tan claro para el que lo emite como novedoso e inaceptable para el que lo recibe: lo importante es competir, darlo todo y mejorar día a día. Y si no se gana a mi que me registren. La inminente respuesta pública de Florentino no se ha hecho esperar, y ya ha recordado a quien quiera escuchar que al Madrid sólo le vale la gloria, por inalcanzable que parezca.
La respuesta privada no será tan condescendiente. Irá , seguro, por otros derroteros. Algo así como esto es el Madrid, señores. Y el Madrid no intenta ganar, el Madrid gana. Por las buenas o por las malas. Está en su historia y en su genética. ¿O acaso pensaron en algún momento que les contraté para comprar plata y vender excusas? Yo sólo compro oro. ¿Para eso creen que les pago tres veces más que al entrenador del otro equipo del país? La cosa no puede continuar así.
Y para acabar de martirizar al mandamás de las aparencias Piqué cuelga en Facebook su romance con Shakira. No es que al rey Midas le crezcan los enanos, es que los pocos verdugos que levantan más de un palmo del suelo se agencian a novias modelos y pop-stars contorsionistas y, encima, mediatizan al de los cuadros.
Si eso no es intrusismo ya me contarán qué carajo es.