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El primer partido lo gana el malo

El debut victorioso de los Lakers en Play-Off ante los creciditos City Thunder (no diga Oklahoma, diga Durant&Westbrook) hay que ponerlo en el debe del polémico Ron Artest, cada día más empeñado en disfrazarse de Dennis Rodman tanto para lo bueno como para lo malo. Lo bueno fue desautorizar a sus críticos -entre los que no se cuenta Pau Gasol- minimizar hasta la caricatura a Kevin Durant, y obligarle a lanzar 24 tiros para convertir 7 y poder pasar de la veitena. Lo malo es que el balón tenga que pasar por sus manos en ataque.

No es que el nuevo antihéroe angelino sea mal tirador, es que no se le fichó para tirar sino para morder. Lo que no impidió que ayer, entre bocado y bocado, se cascase ocho triples para convertir apenas el primero. Matices del primer partido, debió pensar un Phil Jackson que respiró aliviado al comprobar el devastador efecto del juego de pintura de su equipo. Tan evidente fue la superioridad de los pívots angelinos que mandó no volver a jugar para ellos en lo que quedaba de partido.

Con Durant absolutamente desquiciado por Artest, con los pívots intimidados y los aleros Harden y Green tres tallas por debajo del cuerpo que exigen este tipo de situaciones, todo el peso del equipo recayó en el maravilloso base Westbrook. La penúltima maravilla de la liga ridiculizó a Fisher (quien fue catalogado por los erráticos Carnicero y Lonkar en la retransmisión de Digital+ poco menos como el hombre del partido por haber enchufado tres triples) con sus trepidantes y reiteradas penetraciones y mantuvo aparentemente en el partido a unos Oklahoma que nunca estuvieron realmente para ganarlo.

Volvió la competitividad laker con el cambio de bases y, pese a que al final Kobe, Pau y Fisher acabaron anotando en el definitivo rush del partido, la satisfacción de tito Phil respondía a otros parámetros. Venía dada por el excelso rendimiento defensivo de Artest, que justificó el polémico cambio por Ariza del pasado verano (algo así como el cacareado Etoo-Ibra), por la entrada con buen pie de Farmar y Shannon Brown en la rotación de un Play-Off en el que tienen mucho que decir y, sobretodo, por la evidente recuperación del mastodóntico Bynum.

Y es que, viendo lo bien que le quedaba a Artest el disfraz de Rodman, decidió que ya era hora de vestirse de Shaq.