Gracias al programita de Llimós en Rac1 hemos sabido que en el bus de Pou pusieron ‘El secreto de sus ojos’, en el de Saperes ‘Torrente 3’, y que los diez días en Milan que se regaló Sonia Gelmà se oscurecieron al dejarse las gafas de sol en Barcelona. Todo muy novedoso, nada noticiable. El día que a algunos periodistas les prohiban hablar de sí mismos no van a saber qué decir.
Pero vayamos al lío, que esta noche hay fútbol del bueno. Lo van a proponer unos, lo van a oponer otros, se va a disfrutar en el mundo entero y se va a sufrir en el madridismo, que vive sin vivir en si desde la más duradera y cojonera calderonada: la pesadilla blanca tiene su final en el Bernabeu.
Las portadas marquistas aprovechan que la Champions pasa por Milan para quitarse las caretas con Mou como pretexto. Si quiere acabar entrenando a ese Real Madrid que no perdona deslices debe Mourinho eliminar antes al único representante español, al que todo el país sigue empujando… hacia el precipicio que les compense tanta contricción acumulada.
Mou ha entrado en juego, aunque no en el que proponen las octavillas blanca. Sus declaraciones prepartido reproducen punto por punto las efectuadas por Messina antes de enfrentarse en los cuartos de Euroliga al vendaval azulgrana.
Ellos siguen bien pero nosotros hemos mejorado mucho. Esto no será como la ultima vez (fase previa-final de Copa). Todo el mundo los da como favoritos pero nosotros tenemos nuestras opciones… La experiencia y la jerarquía también tiran de manual y, visto lo ocurrido en el primer acto del baloncesto, bien harán los guardiolitos en salir hipermotivados, superimplicados y supraconcentrados en San Siro si pretenden ofecer mejores respuesta a las emboscadas de Mourinho que a las de Pochettino.
Tres días después de su calamitosa actuación en el derby, Dani Alves vuelve a dar muestras de como no se debe afrontar un partido. Tras su entreno con público en Cornellà anoche se cubrió otra vez de gloria al afirmar que el Barça puede dejar sentenciada la eliminatoria en Milan, lo que propició que su prudente míster tuviese que contradecirle con celeridad para apuntar que quien puede sentenciarla es previsamente el Inter.
Y es que el peligro interista es mayúsculo, y el hecho de haberlos derrotado previamente se antoja más perjudicial que beneficioso a medida que se acerca el envite. Se prevé colapso central y autovía lateral en el Inter, por lo que todo apunta a que será Ibra quien fije a los centrales y se ofrezca a la combinación con Messi en las diagonales del crack argentino.
En el otro extremo se debería ubicar, por rendimiento y diligencia táctica, el ubicuo Pedro pero uno no intuye mejor forma de fatigar a Maicon que la profundidad de un Henry que puede tener esta noche su penúltima oportunidad. Del juego al pie del canario al del francés al espacio distan unos metros preciosos para Pep y preocupantes para Mou.
Por contra, la preocupación de Guardiola reposa en la mobilidad de los dos puntas rivales, y su temor en los pases horizontales propios y las faltas en la frontal, pero por encima de todo la amenaza que sobrevuela al cuerpo técnio azulgrana son las sorpresas tácticas de quien Pep consideró ayer “el mejor entrenador del mundo“. Y es que, siendo como es notable el choque de trenes entre el preciosismo culé y el efectismo interista, el auténtico duelo de quilates se dirimirá en las pizarras de sus entrenadores, probablemente los dos mejores del planeta en este momento.
Con permiso de Pochettino, apuntan Guasch y Roncero a toda Prisa, mientras aseguran que Mourinho copiará el planteamiento del españolista. Sí, seguro. Aunque no tanto como que cuando lo noticiable no te es favorable no queda otra que hinchar lo novedoso.