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Yoyalodije

La teoria del Villarato: derrota final y victoria en marcha.

La semana pasada se produjo la derrota final de la teoria del villarato. La causa: la contumacia en sus propios errores. El primero el de desencadenar la ofensiva en el momento menos creíble posible, con un Barça que lleva dos temporadas jugando como los ángeles y mereciendo todas y cada una de sus múltiples victorias. La segunda, su puntilla, el caer claramente en la desfachatez de la burda manipulación de datos objetivos, con el affaire del photoshop. Ante tanta zafiedad, bastó un tímido contraataque del diario Sport para hacer patente que el conjunto de la gente del fútbol, madridistas sensatos incluídos, ya han clasificado la campaña una mera propaganda sin sentido. Se acabó la credibilidad para los conspiradores.

La mala noticia es que no se van a arredrar por su desprestigio, como hemos podido comprobar esta misma semana, y seguiremos comprobando en las siguientes. La razón: que su objetivo no es influir en la opinión pública, sino coaccionar a los árbitros. Y ese objetivo lo están consiguiendo y no van a parar.

La situación es comparable, salvando las lógicas distancias fácticas pero no morales, con lo que ocurre con ETA y su entorno a nivel español. La credibilidad de la organización y su aparato de propaganda es cero en la opinión pública, pero ¿quién no se siente acogotado al ver su imagen señalada con una diana en los murales de las calles?

Esto es lo que esta haciendo la prensa del Movimiento con los árbitros, y lo seguirá haciendo, porque no se trata de un simple estilo zafio de “periodismo”, sino de una campaña de propaganda consciente y organizada. Nada diferente de lo que llevan haciendo en el apartado político los medios españoles nacionalistas de derecha  desde que se les trazó ese rumbo. La verdad no importa, sólo cumplir los objetivos. Bastaba ver anoche en el palco del Bernabeu a Pérez junto a Aznar (o su espectro) para comprender que esto va a seguir siendo así.

Debemos prepararnos para lo peor.

Con mucha suerte: arbitrajes imparciales. Sin suerte: arbitrajes escandalosamente contrarios que el aparato convertirá en todo lo contrario en sus portadas y noticiarios, como sucedió con el partido de ayer.

Para la gente sin decencia ni moral, el fin justifica los medios y no existe diferencia entre la información y la coacción. Ganar esta liga va a ser muy, muy, muy, muy difícil.

Pese a tener uno de los mejores equipos de la historia y de largo el mejor de esta competición, soy pesimista.