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Yoyalodije

Un lugar llamado Paraíso

Esta historia es muy particular y, posiblemente, cada uno de los miles de abonados del Camp Nou ( creo que más de 80.000) tiene la suya.

Corrían los años 70, llegó Cruyff al Barça y empezó la ilusión de un adolescente por asistir a los partidos que se jugaban en Barcelona. Con los amigos intentábamos que algún socio con carnets sobrantes nos “colase” en el coliseo blaugrana para ver a aquel equipo que  maravillaba al público después de tantos años de sequía.Era una época en la cual no se permitían altas de nuevos socios, ya que el aforo estaba completo. Recordemos que, con el carnet, sin tener abono de asiento, se accedía a General de pie.

Unos años más tarde, se pudo optar a un pequeño cupo de carnets y logré convencer a mis padres para que me costeasen la cuota de socio ( más el pago adicional de una derrama equivalente a 2 anualidades, si no recuerdo mal).

Con mi nuevo carnet, asistía a todos los partidos, eso sí, con las incomodidades que comportaba no tener ninguna zona reservada de asiento. Los domingos debía comer pronto para estar en el campo a las 4 de la tarde y poder “pillar”alguna barandilla para apoyarme.Además, no sé como calculaban el aforo porque había partidos que, si llegabas tarde, era casi imposible entrar en la zona de lo abarrotada que estaba. Cuantos partidos había visto colgado del cilindro metálico que protegía la escalera de acceso a los focos.

Desde allí, 2ª gradería de Gol Sur ( siempre he pensado que el futbol se ve mejor desde cierta altura que a ras de cesped) asistí a algunas gestas gloriosas, como la eliminatoria de la Recopa 78/79 ante el Anderlecht; aún tengo grabado en la retina la galopada del “torito” Zuviría rompiendo el fuera de juego de la defensa belga. No obstante, seguían siendo años de fracasos en lo que se refiere a títulos importantes pero, no por ello dejaba de ir al Camp Nou con ilusiones renovadas cada jornada.

Pasó el tiempo y, al acercarse el Mundial 82, hubo remodelación y ampliación del Camp Nou, se construyó la 3ª Gradería de lateral y hubo cabida para más abonados de asiento. El presidente Nuñez pensó la manera de hacer las obras sin que al Barça le costase un duro, los socios que querían una localidad fija en esa zona debían pagar 5 años por anticipado ( no 3 a fondo perdido que es lo que han pedido siempre por un abono). Así fue como un servidor pasó a tener su lugar en el Paraíso, un lugar concreto en el centro del campo, aunque ahora estoy un poco más escorado y en 2ª gradería, me obligaron a cambiar 2 veces de sitio(los asientos reservados para aficiones foráneas no han sido un invento actual).

Desde esa localidad he ido viendo la evolución del equipo, la Liga de Venables (otra vez una década sin ningún título importante), Schuster, Maradona, nuevas ilusiones, otra vez Cruyff – ahora de míster- 4 Ligas seguidas, el Barça campeón de Europa, Robson, Van Gaal, Ronaldinho, etc.

Como dirían los Manel : “Ens ha costat Deu i ajuda arribar fins aquí…” y, ustedes dirán ¿por qué este plasta de Bond nos explica historias del abuelo Cebolleta”
Pues, por una razón muy clara, hace algunos años está proliferando el número de socios sin derecho a abono en el Camp Nou y, muchos de ellos, con la ilusión de poder acceder a tener uno. El tema del “Seient Lliure” no soluciona el problema, las entradas son muy caras y los horarios televisivos no invitan a comprar una. Tampoco ayuda la poca transparencia del club- ¿cuantos abonos quedan libres cada año y a quien se adjudican?.

De momento, estos nuevos socios, han adquirido el derecho a voto ( el sentimiento barcelonista se puede tener sin pagar ninguna cuota) y casi superan en número a los que llevamos más años y tenemos nuestra pequeña parcela en el campo.

Últimamente han aparecido una serie de rumores – no sé el nivel de fundamento que pueden tener- y opiniones sobre la conveniencia de “castigar” a los propietarios de una localidad que ni acudan al campo ni liberen su asiento. También se ha comentado en algún foro la posibilidad de hacer los abonos rotatorios.
No me gustan según que comentarios, ¿como puedo juzgar lo que hacen los demás con su dinero? Si yo le dejo mi carnet a un amigo o familiar y este no acude al campo por cualquier motivo ¿deben castigarme? Si vivo a 100 km de Barcelona y solo acudo a algunos partidos o me lo pienso hasta última hora y entonces no funciona Servicaixa ¿deben expropiarme el abono?

Yo creo que tengo un derecho adquirido desde hace décadas y, el día – espero que muy lejano- que deje de asistir definitivamente al futbol, ya le pasaré el derecho a otro socio. Espero que esto quede claro en campaña electoral, incluso en los estatutos, no quiero más sorpresas como la del aumento del 40% en el precio del abono con el que nos sorprendió la junta de Laporta en 2003.

Que quede claro, yo por mi silla…M A T O.