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Crónica

En la montaña rusa

Al conocerse la alineación titular que saltaría al artísticamente peculiar campo de La Cerámica, muchos culés daban por bueno el empate inicial al ver que, tras las bajas de Araujo y Balde, los laterales estarían ocupados por Sergi Tormento y M.Alonso. Que esto podía pasar, ya se sabía en Mayo. Y no se ha arreglado aún. Y es que ambos no tardaron ni diez minutos en explicar el por qué de esos temores. Fueron los suyos unos minutos iniciales tan terroríficos que, en cualquier otra profesión sobre el globo terráqueo, darían lugar a un despido procedente por parte de la empresa. Al Villarreal le bastaba profundizar por cualquiera de las dos bandas para, en apenas un par de toques, plantarse frente a Ter Stegen. Marcaron los locales un gol –anulado por justo pero justísimo fuera de juego– y a punto estuvieron de hacer otro.

Con el susto aún en el cuerpo pero sin el 2-0 que hubiera podido lucir el marcador a esas alturas, el Barça se dio cuenta de que el rival de hoy era un equipo que juega al fútbol y que deja jugar. Acaso por la influencia de vestir camiseta blanca, se pasó de estar completamente dominados a estar por delante en el marcador sin merecerlo en cuestión de minutos. Ayudó a ello un Villarreal cuya defensa, además de impedirle aspirar a más, facilitó que los visitantes marcasen en sus dos primeras llegadas. Primero, tras un gol de ese centrocampista llegador que es Gavi, tras asistencia de Lamine. Y poco después, en una gran triangulación en la frontal del área que, tras genial asistencia de tacón de Lewandoski, culminó el renacido Frenkie DecepJong.

Contra un Getafe de la vida, ese 0-2 hubiera sentenciado el partido. Pero este rival que tanto dejaba jugar también tenía más capacidad para darle la vuelta al partido. Pese a contar con cuatro centrocampistas, el Barça no era capaz de dominar el juego y al voluntarioso Romeu se le empezaban a ver las costuras en un partido de más nivel. De Jong y Gündogan, dotados técnicamente, no muestran el espíritu suficiente para ser los líderes del equipo. Mientras, el Villarreal divertía y se divertía con su juego. Aunque su primer gol llegó a balón parado, tras un corner donde Sergi Tormento –oh sorpresa– volvía a salir en la foto. Algún día alguien saldrá a la luz el trasfondo real de este asunto ikerjimenezco. Tras una limpia exhaustiva de dos años, de aquella plantilla bartomeusca que heredó Laporta, ya han salido hasta 18 jugadores. Y sin embargo, el de Reus sigue resistiendo ahora y siempre, cual galo de la aldea de Astérix.

Un gol que dio alas a los locales que no tardaron demasiado en empatar tras una jugada tan excelente que uno esperaría (teóricamente) de un equipo dirigido por Xavi. Del 0-2 al 2-2 y la sensación de que llegarían más goles. La duda era cuantos en cada portería. Cuando al poco de la reanudación Baena culminaba la remontada amarilla, la clasificación mostraba al Barça a 5 puntos del Madrid en la jornada 3. Y, sin embargo, lo peor era la sensación de que la derrota estaba siendo más que merecida. En esas situaciones, solo cabe preguntarse qué haría el Maestro Johann en esa situación. ¿Algún invento como poner a ese doble de Lewandowski que juega con el 9 en el lateral derecho? Sonaría absurdo pero no sería peor de lo que se estaba viendo en esa parte del campo.

Y el inventó llegó. No tan absurdo pero sí llamativo. La entrada de Ferrán Torres por Romeu cambió la dinámica del partido. Y ni cinco minutos tardó el valenciano para confirmar que esta temporada parece ser un jugador totalmente diferente al de la pasada. Con él, el Barça dio el paso adelante que necesitaba, mejoró la circulación del balón, la velocidad y llegó el empate, fruto de la voracidad de quien necesita reivindicarse. Un gol que confirmaba el nuevo cambio de tendencia en un partido loco.

Un cambio con el que emergió, aún más, la figura de Lamine Yamal. La mejor noticia de la salida de DembeLOL no ha sido solo el deshacerse de un fracasado jugador durante seis temporadas sino que no va a hacer de tapón de un chaval que ha llegado dispuesto a tirar la puerta abajo. El imberbe tiene claro cuando combinar al primer toque, cuando conducir, cuando desmarcarse, cuando probar el uno contra uno. Sus fríos números le daban al final del partido un 100% en regates acertados, un 90% de acierto en pases, una asistencia y dos remates al palo. En el segundo de ellos, realizó un una jugada messianica que no acabó en gol por poco pero que sirvió para que Lewandowski volviese a llamar a la puerta del gol y completara la segunda vuelta al marcador. La salida de Ansu, que confirmó su imparable caída hacia la Jeseizacion absoluta, debe servir de referencia a la nueva perla de la cantera para no lanzar las campanas al vuelo demasiado pronto.