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Crónica

Casi empate

Se ganó en uno de los campos más complicados de Primera. Sin Lewandoski. Con varios jugadores que se cansan de demostrar que no tienen nivel para el Barça. Y con muchos otros con la flechita para abajo, que dirían los fans de los videojuegos. Mérito enorme. Sí. Y no es que el Barça deba pedir perdón,si finalmente gana la liga, jugando como lo hizo en el Metropolitano. Simplemente ha de ser consciente que, jugando así, históricamente nunca se ha ganado algún título importante. Y Xavi, supuesto adalid de las esencias, lo debe saber mejor que nadie.

Cierto es que el principio del partido fue prometedor, facilitado por un Atlético que salió mal concentrado y peor posicionado. Pedri, que vio la alfombra rojiblanca en el centro de la defensa contraria, se puso el disfraz de Iniesta y desfiló su clase como hacía tiempo –demasiado, incluido el Mundial– que no lo hacía: su arrancada terminó con el balón en el pie buenomalo de DembeLOL que adelantaba a su equipo. Las matemáticas –5 goles y 5 asistencias– son las mejores aliadas del francés ante sus haters. Poco después, Pedri nos volvió a recordar que no está en su mejor momento: como el manchego que evoca, no es un gran goleador y falló una clara ocasión para el 0-2.

Un no-gol, que probablemente habría sentenciado el partido, pero que marcó el punto de inflexión. El Atlético ya no podía hacerlo peor de lo que lo estaba haciendo. Empezó pues a apretar como se espera de un equipo entrenado por el Cholo. Y si algo ha caracterizado el último lustro del Barça es que, cuando un equipo le aprieta mínimamente –llámese Bayern o llámese Linares Deportivo– lo desarbola. Ni la apuesta de Xavi por 4 centrocampistas pudo cambiar esa tendencia. Del Sergio Busquets que, como decía Riquelme, “confundió al mundo del fútbol -¿qué hacía un 10 jugando en la posición de 5?-“ no quedan ni las formas. DecepJong, por su parte, volvió a adoptar la posición de hombre-anuncio de Pegamento Imedio: absolutamente trasparente en el campo. Y el Barça, nuevamente, en manos de los juveniles Pedri y Gavi. Incapaz de quedarse con el balón. Negado para lanzar una contra. Desmañado cuando intentaba sacar el balón limpiamente.

Comenzaron así las llegadas atléticas empezando con un remate claro de Giménez que rozó el empate. Ter Stegen aprovechó para recalcar su impresionante recuperación -capilar y futbolística- e impidió que se cumpliera la ley del ex con unabuena interveción a disparo del Hombre Gris. Al francés se le vio mucho durante el partido, en parte por sus ganas y en parte por su pelo-homenaje. Aún no se sabe bien si es al movimiento feminista o a los productores de algodón de feria.

La mejor noticia para el Barça fue la llegada del descanso. Porque tal vez su verdadero nivel sea el del final de esa primera parte y no el del que aceptó que el Atleti le regalara el campo. Difícil adjudicar porcentajes de responsabilidad entre técnico y jugadores cuando en la segunda parte apenas cambió el panorama. La salida de Gavi solo era entendible desde el prisma de hacer parecer que Busquets se movía más rápido. Spoiler: no funcionó. Tampoco la entrada de Kessie. Si al principio de temporada, el costamarfileño podía excusarse en la falta de adaptación a un esquema desconocido, hoy se comprobó finalmente que es simplemente el fútbol –así, en general–el que no se adapta a él.

Ya sí, durante los segundos 45 minutos, continúo el ataque local. Sí, a trompicones, con pocas ideas y nulo remate, pero suficiente para meter en su campo a un Barça parapetado en su área. Con apenas alguna carrera loca de DembeLOL y sujetado por sus dos mejores jugadores: Christensen–tremendo partido del danés– y Araujo,a quien ya solo le falta sacar bien el balón jugado para instalarse en la élite. Quizá sea como esperar que un Range Rover V12 tenga buena aerodinámica pero el uruguayo, en la última acción del partido, sacó un balón bajo palos para asegurar esos 3 puntos de los que siempre se han dicho que dan ligas.