El anuncio de la despedida de Pique había eclipsado por completo el partido de liga: que si Gerard perdonaría toda la ficha, que si se haría algún acto de homenaje, que si volverá como presidenciable. Lleno absoluto para despedir a una leyenda del club y aroma festivo previo a un partido que suele ser propicio para un tropiezo. Pero el rival era un Almería que, cuando se enfrenta al Barça, aún parece durarle la pesadilla de aquel histórico 0-8 de la temporada 2010-2011, en lo que fue la goleada más abultada lograda nunca por un equipo como visitante en la historia del Campeonato de Liga. Es el 1 más claro de la quiniela cada temporada junto con el Barça vs Athletic el Real Madrid vs Sevilla.
Así que ante un rival entregado a agazaparse en su campo desde el principio poco importó que Xavi apostase por sacar a las Trillizas y a DembeLOL. En partidos así de fáciles, las rémoras no se notan tanto. Y de propina todo parecía ponerse de cara con un penaltito de los que esta temporada no se van a pitar pero se pitan. Porque el defensa es culpable de tener brazos y saltar a rematar impulsándose con ellos en vez de hacerlo cual morcilla de Burgos puesta a secar. Al menos los dioses que velan por el fútbol auténtico –en el que no se pitaban estas cosas–hizo justicia y vistió a Robert de persona humana. El polaco se puso el disfraz de Pedro Picapiedra, imitó su carrerita en la bolera y tras una parandinha neymaresca lanzó directamente fuera. Pocos penaltis peor tirados se habrán visto en el Camp Nou.
Aún ojiplático el público viendo dugarryear a su ídolo, las cosas se pudieron poner peor cuando una pérdida de DecepJong permitió un mano a mano visitante. Ter Stegen, atento, sacó una mano y un pie dignos de otras épocas. Fue su única intervención en todo el partido. A partir de ahí, monólogo azulgrana, destacando el papel de Yerrán. El valenciano, presente en todas las jugadas de ataque, rompía con sus desmarques y demostraba que entiende el fútbol. Si además metiera goles… probablemente Pep no le hubiera dejado salir del City. En cualquier caso, parece que ya le ha ganado la titularidad a Raphinha.
Sin forzar mucho, el partido apuntaba a goleada azulgrana y partido sentenciado antes del descanso. Pero el gol no llegaba y el peligroso 0-0 seguía presente. Uno de los principales culpables fue, nuevamente,DembeLOL, que merece párrafo aparte. Otra vez una de cal y 28 de arena. Cuando Ferrán le asistió para que marcase a puerta vacía y se sacó un absurdo remate de cabeza en dirección al banderín de corner que acabó chocando con el portero, Ousmane confirmó que sus neuronas futbolísticas ya solo forman parte de su sistema límbico. Las demás están ya muertas y enterradas. De propina, se jugó la expulsión en la jugada siguiente. Es un absoluto delirio intentar construir NADA medianamente coherente con este jugador teniendo un papel mínimamente preponderante.Es jugar a la ruleta rusa con 5 balas en un tambor de 6.
Pero el fútbol nos engancha, entre otras cosas, por su locura regadérica. Porque Busquets, hasta ese momento, solo acumulaba méritos para ser él el receptor del homenaje al final del partido.Almerienses aparte, el Muerto de Badia–DembeLOL juega en otra categoría mental– estaba siendo el peor jugador sobre el terreno de juego. Dicho y hecho. Como quien tuvo retuvo, Busise sacó un pase estratosférico para que Dembelé cerrase la boca por unos segundos a sus críticos. Recibió con la pierna buena y definió con la mala. O al revés. ¿Quién podría saberlo? Su pase a la red a lo Messi abría, por fin, la lata. Es Fernando Fernán Gómez en El fenómeno. Es ese jugador al que matarías en cada partido excepto cuando le sale algo de lo que quería hacer. La única explicación posible es que Xavi tiene muy calculado que su cabraloquismo trae más cosas buenas al equipo que malas.
Un 1-0 suficiente para que el Almería sacase bandera blanca. Firmaba un resultado digno desde el minuto 1. Por si acaso, los tres puntos los certificóD ecepJong aprovechando un rechace de Fernando ante un disparo anterior de Ansu quien, nuevamente, volvió a estar huérfano de gol. Al Barça solo le queda encomendarse a que Luis Enrique, en uno de esas extrañas cábalas que hace el asturiano, lo recupere durante el Mundial.
El final del partido cerró el homenaje a Piqué, que así se despide con victoria de la Champions y de la liga. Pero Gerard amenaza explícitamente con volver. Los gritos de “President,president” confirmaron que el soci lo quiere de vuelta. Y a poder ser, con Ibai de Director de Comunicación. Algo que sería muy piquesident.