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Crónica

Análisis Real Madrid-Barça

Anoche de madrugada tuve el estómago suficiente como para ver un resumen muy amplio del partido, y en frío (bueno, medio en frío, porque según avanzaba el encuentro me volvía a calentar), creo que el drama es aún mayor del que se ve a simple vista. La absoluta incapacidad del equipo para generar NADA, ya sea colectivamente (algo quimérico y que salvo en casos muy puntuales, ha pasado siempre esta temporada), como en el plano individual, es desquiciante. De lo de Busquets no vale ya ni la pena decir nada; a este hombre el fútbol de élite le empezó a pasar por encima hace un lustro, y por desgracia no exagero ni un poquito. Que en 2022 siga de titular casi indiscutible, sin recambio y con buena parte de la parroquia culé (incluyendo el más importante de todos; el entrenador) defendiéndole en base a ‘ecosistemas’, ‘contextos’ y su puñetera madre es para llorar. De Roberto, pues eso; más de una década en todo un primer equipo del Barça, sin posición definida, un rendimiento mediocre y bastantes problemas de lesiones. De locos.

Pero de ayer, en quien hay que centrarse especialmente es en tres tipos: uno, De Jong. Definitivamente, un caradura profesional, y probablemente el mayor timo que haya llegado jamás a un club que fichó por más de 100 kilos a Coutinho, Griezmann y otro del que hablaré más adelante. Dicen que Koeman le quiere como a un hijo y no me extraña; nadie se ha ciscado tanto en el escudo últimamente como lo ha hecho el bueno de Frenkie. En esto, el alumno ha superado al maestro. El segundo del que quiero hablar es de Raphinha: servidora SÍ que vio bastante al Leeds el año pasado y tenía bastantes dudas con su fichaje, pese a no considerarle la toia que decían algunos. Era un jugador bueno para un rol secundario pero por el que se acabó pagando un precio exageradísimo, del orden del doble de su valor real. Ayer, su partido es nefasto; Mendy le controló como Dwayne Johnson controlaría a Joselito en una pelea. Y para colmo, su toma de decisiones fue errónea en un 99% de las jugadas. Y por último, cómo no, está DembeLOL; el alfa y el omega del proyecto Hernández. Su partido, como tantos otros, es un esperpento absoluto; con el agravante de que esta vez (como casi siempre en grandes escenarios), ese pase sin mirar no lo acaba cazando el goleador de turno, y/o su pepinazo que normalmente acaba en la segunda gradería, va a la escuadra por arte de birlibirloque. Que el club estuviera en disposición de librarse de una vez y para siempre de este meme futbolístico en junio y sin embargo siga aquí por voluntad única y exclusivamente suya, es algo que pesará a Hernández tanto (o más) que esa confianza ciega en sus amiguetes los vacos.

No sigo, que ya me ha salido bastante tocho y bastante tienen ustedes con lo suyo.

Pasen ustedes el día lo mejor posible. Particularmente, hoy es uno de esos días en los que agradezco especialmente que exista este antro.