Para el espectador neutral -si es que los hay en este tipo de partidos- fue un partido algo decepcionante. El Barça jugo tan mal como en el último mes y el Madrid tan solo a arreones, como en el último lustro. Suficiente para que los blancos ganaran sin forzar demasiado. 5 llegadas le bastaron a los locales para marcar 4 goles. Que se quedaron en 3, VAR mediante.
Y a cada partido importante que pasa más jirones le salen al traje de entrenador de Xavi. Sus buenas palabras y teorías caen como un castillo de naipes al primer soplido de lobo. Porque siempre es el rival el que acaba marcando el tempo del partido. Se corrió cuando el Madrid dijo que había que correr. Se pausó cuando el Madrid pausó el partido. Y dominó el Barça cuando el Madrid se dejó dominar.
La defensa mejoró ligeramente con la entrada de Kounde. Pero el francés no es suficiente para compensar la falta de contundencia de Eric García. El de Martorell volvió a naufragar en un partido grande y cada vez queda más claro que los “regalos envenenados” de Guardiola escondían un mensaje en forma de refrán castellano: “Las novias que ahora tú tienes, primero las tuve yo. Me alegra que a ti te alcance con lo que a mí me sobró”.
Para colmo, sigue sin resolverse el enigma azulgrana del por qué alguien como Sergi Roberto ha podido estar en la primera plantilla más de una década. Y hasta volver a ser titular en un Clásico. Nunca nadie en la historia del fútbol rentabilizó tanto un carrera de 50 metros en el Bernabéu y un gol a última hora que a fin de cuentas no valió para nada.
Súmese a ello los regalos habituales en el centro del campo. Similares al día del Inter. DecepJong en su línea pechofriil. Pedri recordándonos que solo tiene 19 años. Y Sergio Busquets… ay Busquets. Si Piqué presentó hace 4 días su renuncia al fútbol de elite, hoy lo hizo el bueno de Sergio, a partir de hoy, el Muerto de Badia. El gol de Valverde recordó al de Çalhanoglu, dejando la frontal vacía. Es lo que tiene jugar con un zombie como medio centro defensivo durante cada partido. Hoy lo fue más aún de lo que ya lo venía siendo desde el minuto 50. Un caramelito para Modric y Kroos incluso yendo en muletas.
Y adelante, los azulgrana nunca supieron con seguridad si bajo los palos del rival estaba Courtois o Lunin. Con DembeLOL engañando una vez más a la parroquia culé y Raphinha con su efecto de champán barato -se le va el gas rápido y no sabe a nada- a Lewangolski se le empieza a leer en la cara un evidente “¿donde me he metido?”. La salida de Ansu fue la única noticia optimista de la tarde noche en clave barcelonista: suya fue la gran jugada del 2-1 y en sus botas estuvo un empate que habría resucitado su confianza y la de su equipo. Pero no pasó porque es difícil que le pase algo bueno a un equipo al que le meten un 2-8 en Europa, y que tras 6 años de hacer el ridiculo en Europa permite que 4 de esos “héroes” sigan, no solo en la plantilla sino siendo titulares. E incluso luciendo con orgullo el brazalete de capitán. Pero todo es susceptible de empeorar: si las cuatrillizas muestran un poco de decencia y dejan el club en el mercado de invierno, el capitán en el próximo clásico podría ser DembeLOL. ¿No querían espectáculo?