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Crónica

Bajo control

A veces el futbol parece tan sencillo como mirar la clasificación del rival y determinar por cuantos goles –mínimo– hay que ganar. Pero llegar a la final de Sevilla no será tan fácil como eso. Y lo demostró la eliminatoria contra el Galatasaray en general, y este partido de vuelta en particular. Los rivales ven al Barça como un equipo grande que desciende por primera vez a Segunda División. Todos quieren ganarle. Hasta el 13º clasificado de la liga turca se vuelve un equipo correoso y difícil de ganar.Una buena ocasión de DeJong pudo poner de cara la eliminatoria pero fue el equipo local el que se adelantó en el marcador cumpliendo una frase que ya puede considerarse axioma: primer tiro a la puerta de Ter Stegen y gol. Y como es habitual en las últimas temporadas europeas, gol de un desconocido y/o incompetente jugador rival en un despiste defensivo a la salida de un córner. Llámese Manolas. Origi. Coutinho. Hoy fue el turno de Marcao. Por suerte para el Barça, esta vez ese gol quedará en algo tan anecdótico como que un alopécico te marque un gol en Estambul.

El gol tal vez no hacía justicia al partido. Tampoco injusticia. El equipo mostraba más actitud que en el partido de ida –algo sencillo- pero el ataque se mostraba espeso. Adama mostraba sus limitaciones. Auba desconectado. Y Ferrán en mod oZen(den). Momento para que aparezcan los cracks. Y según Xavi, eso tiene nombre y apellidos: Pedro González. El canario no quería quedarse sin su prórroga y mostró su clase en cuanto recibió un pase dentro del área: tras tomarse un café, acicalarse el pelo, saludar en las gradas a un primo de Tegueste que había viajado a verle, ajustarse los pantalones y observar como dos rivales se caían frente a él, remataba al fondo de las mallas. Una exhibición de frialdad dentro del área que recordó a los inicios de Butragueño. Solo queda esperar y desear que no termine su carrera con 24 años y viva de sus primeros años como el Buitre.

Un remate de cabeza de Auba al larguero poco antes del descanso avisó de que el gabonés había despertado de su letargo. Apenas 5 minutos después de la reanudación, un ataque azulgrana en modo pinball chocó en dos ocasiones con Iñaki Pena. Pero a la tercera no pudo. Apareció el cazagoles. Golbameyang. Un tanto que enfrió el otrora infierno turco, rebajado a pequeñas brasas hoy en día.El cambio del amarillo al naranja/rojo le ha quitado fiereza a los del barrio de Galata.

El 1-2 dio paso a una lección de futbol-control azulgrana. Acaso pensando en el clásico del domingo, optaron por defender el resultado como mandan los cánones: con el balón. Y así, sin frivolidades, ni juego de cara a la galería, los de Xavi apenas pasaron apuros en defensa. Ni siquiera dejaron al rival el recurso final del balonolllismo: todo el descuento se jugó en campo del rival.

Clasificados para cuartos, en este punto se torna casi obligatorio ganar el torneo.No muchos de los rivales que quedan, podrían a priori tutear al Barça. Y es que este título europeo no compensará la humillación deportiva de caer en la primera fase de la Champions pero sí en lo económico: se ingresaría lo mismo que por llegar a cuartos de la primera competición europea, como algunos optimistas en el club habían presupuestado a principios de temporada. Súmese jugar la Supercopa de Europa. Súmese ser cabeza de serie en el sorteo de Champions. Súmese evitar un nadaplete. Y todo a 5 partidos vista.