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Crónica

Objetivo Riad 2023

Solo ha tardado el Barça siete meses en lograr un triunfo con buen juego, goles, gran actitud y ante un rival medianamente top —es difícil categorizar más alto al Atleti en esta temporada—. Y lo necesitaba. Más aún con un comienzo de partido en el que la enésima titularidad de las trillizas ya no sorprendía a nadie, ni tampoco que los tres fueran retratados en el primer gol atlético: ataque por la albanda izquierda y Carrasco que bate por bajo a Ter Statuen.

Así que tocaba remar río arriba. Y el nombre del rival no invitaba a tener facilidades para ello. Con la salvedad que este Atleti no es, ni remotamente, el de la temporada pasada. Menos aún el de la primera liga cholesca. Pero es que este Barça ya tampoco parece ser el de Q-Man: que el gol del empate llegase de un centro del lateral derecho para el lateral izquierdo lo dice todo. La volea de Alba en semifallo, que en condiciones normales hubiera terminado en el parking del estadio, nos recuerda que los puntos de inflexión a veces coinciden con un golpe de suerte. El balón se fue a la escuadra rival.

Un rápido empate que terminó por animar a los locales, subidos a lomos del esternocleidomastoideo del recién retornado Adama. El hijo pródigo estaba en modo “esta oportunidad la aprovecho por mis testículos morenos” y no tardó ni 20 minutos en mejorar las prestaciones de desborde de DembeLOL en cinco años. Cierto: el listón estaba bajísimo. ¿Será el hispano-malíense el nuevo Edgar Davis llegado en un mercado de invierno? Adamo absoluto de la banda, de un centro suyo llegó el gran salto y mejor remate de cabeza de Gavi cuya altura puede llevarnos a engaño: apenas mide un centímetro menos que Santillana y aún está en edad de crecer. Física y futbolísticamente.

Llegaron así unos trepidantes minutos de fútbol como hacía tiempo que no se veía en el Camp Nou. Un toma y daca del que parecía contagiarse, por momentos, el Atleti. Para desgracia rojiblanca, sus incursiones atacantes solía finalizarlas Bluffélix y su endeblez defensiva es de las que hacen época. Incluso a balón parado. Tercer remate culé entre los tres palos y tercer gol fabricado por los centrales: remate de Piqué primero y rechace aprovechado por Araujo después. Es evidente que los Godines no los hacen en una fábrica.

 

Se ponía el partido en modo “6-1 al Atlético en la temporada 2008-2009”. Justo cuando empezó todo. Faltaba culminarlo en una segunda parte que comenzó de manera inmejorable: buena jugada colectiva como prólogo del gol de Alves desde su novedosa función: lateral cuando defiende, pivote cuando ataca. Salía todo tan de cara en clave blaugrana que solo faltaba ver a Busquets haciendo un box to box en el minuto 85.

Con Xavi ganando la batalla táctica, al Cholo se le empezaba a ver el cartón otra vez. Y a su equipo también. Pero Simeone no había dicho su última palabra: sus cambios surtieron efecto. Se podría achacar la mejora atlética a la absurda autoexpulsión de Alves tras su show completo —asistencia, gol y celebración— pero el mejor fútbol visitante ya había llegado para entonces. Y el gol de Luis Suárez también. Porque la ley del ex sigue sin perdonar al Barça desde Mark Hughes en 1991. Más de 40 años ya.

Varios culés ya empezaban a buscar en Google algún gif de «pegarse tiro en el pie» para mostrarlo en su estado de whatsapp. Pero, contrariamente a lo esperado, la expulsión de Alves no benefició a un Atleti que apenas inquietó a Ter Stegen durante el resto de partido. Ni siquiera aunque las trillizas volvieron a completar los 90 minutos. Otra vez. Mucho tuvo que ver Nico imponiendo su clase, sustituyendo a un espeso Pedri —caso desmotivado por la imposibilidad de una prórroga— y el debut del teóricamente díscolo Aubameyang. El gabonés se bastó para mantener a raya el ataque de su equipo y, aunque apenas dispuso de ocasiones, aún desprende aroma de quien fue un gran jugador.

Son 21 de 30 puntos en Liga con Xavi. No son números de campeón. Pero sí para entrar en Champions, con rivales poco acostumbrados a pelear por estos puestos. Y si se quiere mirar el vaso medio lleno, aún se puede jugar la Supercopa de 2023 en Arabia.