Pues ayer me quedé -otra vez- hasta las tantas sólo para ver a Messi. Partido infumable, insufrible, creo que ha sido el partido con más faltas que he visto, 46, y donde la falta de fútbol solo fue suplida por la emoción. Otro partido terrenal de Messi donde “solo” deja una asistencia y un tiro al poste. También marcó su penalti en las tandas. Acabó con el tobillo ensangrentado de una coz de las muchas que sufrió. Lo de Argentina es puro esperpento, muy en la línea de su patético entrenador, Cagaloni, que al ponerse su equipo por delante en el marcador ¡a los 10 minutos! mandó replegar líneas, y lo normal con una Colombia que fue superiora es que acabaran pagándolo. Suerte de que el portero que tenía Cagaloni como titular, Armani, pillara el Covid, porque Emiliano Martínez es un porterazo. Con decir que el mejor revulsivo y acompañante de Messi fue Di María está todo dicho. Me echo las manos a la cabeza al pensar que el MUERTO de Lautaro sonó para el Barça y nos pedían 100 kilos. Es peor que Higualín, la madre que lo parió…¿Cómo puedes fallar un gol sin portero, con un jugador contrario en la portería donde le puedes colocar el balón a donde quieras, y va el energúmeno este y le impacta al jugador?. Otro que tal es el fichaje del Palético, el tal De Paul, vaya cosa mala, macho. Lo mejor de todo, aparte de la clasificación del Petito para la final, es que se podían oír todas las conversaciones en el campo, y era una risa, sobre todo en el turno de penaltis, con el crack Emiliano Martínez, vaya figura.
De todas formas, preveo otra tremenda decepción para Messi, porque salvo sorpresa, van a ser vacunados de forma inmisericorde Brasil en la final.