Pues ahora que Laporta va asomando la patita en cuanto a gestión de entrenadores (y de equipos), no me parece tan mal profesionalizar la relación entre manager (representado por Alemany más en breve por un director deportivo) y empleado (entrenador) con reuniones constantes y periódicas, seguimiento y revisión de cumplimiento de planificación y objetivos, etc.
Es decir, ni más ni menos que lo que se hace en cualquier empresa de cualquier sector.
Eso de “las notas a final de temporada” es algo caduco. Igual de caduco que “dar total libertad” al entrenador de turno. No mire, usted es un empleado, como tal le trataremos con el respeto que se merece, pero como “parte contratante” es bueno que haya un control constante, porque si no hay riesgo de que la cosa se vaya de madre por falta de supervisión.
A partir de aquí, se llame Koeman, se llame Xavi o se llame como se llame el futuro entrenador, creo que lo importante es quedarse con el mensaje de que aquí se han acabado la autocomplacencia y la autogestión. El Barça tiene un presupuesto de casi 1000 millones de Euros; es imprescindible que toda la gestión se profesionalice y que se abandonen las faltas de exigencia y control de épocas pretéritas.