Las 4 de la mañana. Aquí sigo, sin pegar ojo. Doy vueltas pero no puedo. Sudores. Impotencia. Nudo en la garganta. No me creo todavía que Arturo, MI ARTURO, ese jugador que quería y quiero con toda mi alma, se pueda ir a un Inter o a otro equipo que no sea el club de mis amores.
Se va porque no aguanta más, porque se le van los años y no hay rastro de proyecto ilusionante. Se va porque es un puto ganador. Se va porque el tiempo juega en su contra. Puto Bartomeu.
Sin duda con el 2-8 ya pasaste a la historia como el peor presidente del Barça, pero con la marcha de King Arturo te has convertido en
aquel presidente ruin y mezquino que se apoltronó en su silla y dejó marchar al mejor centrocampista que tenemos para salvar sus cuentas y su patrimonio.
El covid está destrozando la economía y la vida de muchas personas y tú nos has destruido ese ratito de felicidad, esa desconexión, ese espacio donde veías jugar a esa Cresta y se olvidaban tus problemas. Sí, lo adoramos.
Arturo, quiero que sepas que yo y el 45% de los aficionados te lo debemos todo y que nunca olvides que te queremos y te seguiremos allá donde vayas. Te has ganado el derecho a decidir, y a irte cuando te venga en gana. Lo único que lamento es que la decisión sea simple y llanamente por unos HDP que no han parado hasta destrozar todo lo que nos hizo grandes.
Si se confirma esta tragedia, conmigo que no cuenten. El Barça pasará a un 2o plano en mi vida y dejaremos a los tuitstar de 15 años que sigan haciendo “onces” y preguntándose donde colocarán a Pjanic o al Muerto de Badía o qué haremos con el sueldo que nos ahorramos. Lo siento pero esa actitud me deja sin fuerzas ni ganas para ver semejante ridículo.
Sigo dolido, y me encuentro muy solo, llorando tu pérdida y asimilándolo como puedo. Era feliz y no lo sabía. El nudo me está matando. No estaba preparado. Tu cresta nos señala el camino.