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Crónica

Análisis Liverpool-Barça: El esquema táctico

El esquema era un 4-4-2 bastante defensivo, como en Roma, y como en la ida, y respecto a ésta incluso se repitió el 11. Con ello, como en Roma, hemos prescindido por completo de un atacante rápido que pudiera amenazar el espacio a la espalda de la defensa rival que a ratos se encontraba en nuestro propio campo. Tanto en Roma como en Anfield, ese atacante vino cuando ya nos habían remontado la eliminatoria (Dembelé en Roma, Malcom en Anfield), lo cual convertía en bastante inútil su presencia ante un rival ya bien replegadito.

Cuando el rival presionaba tras pérdida, cada recuperación que hicimos era o bien pasarla hacia atrás, desaprovechando así la oportunidad de la contra, e incluso arriesgando otra pérdida propia aún más peligrosa, o pasarla a Messi, para que la jaula rival le acompañase en su subida en solitario. Sobre todo en Anfield era muy llamativo que los 4-5 rivales a su rededor le solían acompañar, sin intentar quitarle la pelota con demasiado ímpetu, lo cual me hace pensar que su consigna era que Leo se acercase a su área, se alejase de nuestro centro del campo (el cual tampoco quiso subir mucho) para que precisamente no tenga opciones de dar continuidad a la jugada, y que ya se la quitarán una vez alejado Leo de sus compañeros. A ratos subía Alba, pero solía tener muchísimos metros por delante. Se podía haber adelantado la posición de Coutinho para acompañar mejor las jugadas, pero lo cierto es que tampoco es una flecha. Para eso, vale bastante más Sergi Roberto, pero éste empezaba como volante cuando ya íbamos 0-3.

Lo más llamativo era que perdimos la eliminatoria de la misma manera que en Roma: un 4-4-2 amarrategui, encajar pronto en el arreón inicial del rival (minuto 6 vs 7). Aguantar hasta el descanso (en Roma no generamos apenas ocasiones en la primera parte, en Anfield sí), después encajar en el arreón rival del inicio de la segunda parte para estar al borde de la eliminación (minuto 58 vs. 54 y 56). Luego un gilicorner cuando apenas quedaba un cuarto de hora, y con el rival casi fundido (minuto 82 vs 79). Y al final, ya abajo en la eliminatoria, viene el cambio ofensivo del entrenador, poniendo a la flecha que tendría que haber puesto mientras el rival aún tenía que atacarnos. Es de verdad alucinante cómo de gemelos se han puesto esos dos partidos, y cómo el entrenador puede repetir tantos mismos errores.