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Crónica

Un día más en la oficina

Tras quince minutos persiguiendo el balón, otro lanzamiento del genio a la escuadra comenzaba a moldear una victoria que sentenciaba (si no lo estaba ya) la décima liga culé de la era Messi.

Después del partido europeo del miércoles era muy de esperar un partido funcionarial por parte del Barça en su vuelta a la Liga. Más aún al ver la alineación titular con los mejores funcionarios de la plantilla, excepción hecha de Chutinho, a quien se le empiezan a agotar las oportunidades: ya se ve adelantado por un veterano chileno de rodilla maltrecha. Porque así como en la Champions el equipo muestra una cara más acorde con el estilo histórico del club, en Liga parece haber optado por esperar a los rivales, como si el equipo estuviese aprendiendo a jugar encerrado atrás, en caso de que necesite esa alternativa en algún partido importante. Equipos como el Manchester City o el Liverpool agradecerían tal invitación.

No es raro pues, que los partidos transcurran de bostezo en bostezo, alterados por las eternas genialidades de Messi. Tras quince minutos persiguiendo el balón, otro lanzamiento del genio a la escuadra comenzaba a moldear una victoria que sentenciaba (si no lo estaba ya) la décima liga culé de la era Messi. A la puntual cita con los goles de D10S, le ayudó también Luis Suárez. Esta temporada el uruguayo solo ha tardado siete meses en coger la forma pero cada vez se parece más a lo que debe ser un delantero centro del Barça. A elegir entre Julio Salinas, con fallos clamorosos en el mano a mano, Kluivert con asistencias gutiescas de tacón a Messi en el segundo gol, o el mismísimo Ronaldo (el bueno), dejando atrás a toda la defensa rival con una arrancada de búfalo. Con el arte y la creatividad propia de quien rellena un formulario, el equipo de Valverde cerraba un día más en la oficina: fiabilidad intachable con diversión cuestionable a sabiendas que tras el sopor caerán los goles, los puntos y las ligas.

Con el 0-3 se esperaba un carrusel de cambios para dar descanso ante el final de temporada que se avecina. Pero definitivamente Don Honesto prefiere gestionar los minutos de la plantilla como Homer Simpson lo haría con una caja de donuts. Tan solo dio salida del siempre desfondado Artur mientras Aleñá y Chutinho calentaron en la banda hasta el minuto 88. El karma, siempre presente, le dio un toque de atención: lesión de Luis Suárez. Al menos los suplentes pudieron ver en primera línea la enésima genialidad de Messi: desde la frontal combinó en una sola vaselina la mejor de Maradona (frente al Estrella Roja) con la que hizo a un solo toque el gran Romario (frente al Atlético). Indescriptible maravilla para un nuevo hat-trick: otro día en la oficina para Leo Messi. Ovacionado en el Villamarín. Aplaudido en el Calderón. Tras sus (numerosas) exhibiciones en el Bernabéu, se echa de menos en esa lista el señorío del Madrid.