Como sosi asiduo al Camp Nou puedo corroborar que ver jugar en vivo al Barça de Valverde es un coñazo insufrible: 90 minutos de juego simplón donde apenas sucede nada trascendente. En este sentido, solo queda maravillarse de nuestra capacidad fenicio-catalana para que, con el rollo de la Camp Nou Experience y el atractivo que supone poder decir que presenciaste una vez en la vida un partido de Messi, podamos engatusar a tanto güiri (que, además, ya deben rondar el 50% de los asistentes al campo). De lo contrario, habríamos vuelto a aquel Estadi medio vacío de los tiempos que van entre la Lliga de Venables y la llegada del Cruyff entrenador cuando, según me contaban mi padre y mi hermano mayor, el Barça de Núñes llegaría a ser más casa de putas que nunca: repescar a Archibald directamente del filial para reemplazar la marcha, tras apenas tres meses de estancia, del fichaje estrella Mark Hughes (al parecer, le pasaba lo mismo que a Ibra, que acababa desquiciado porque todos los contactos con los defensas rivales eran señalados como falta en su contra); recuperar a Schuster tras estar un año apartado (por su espantada en la final de Sevilla), mientras se encontraba en pleno pleito judicial contra el club, y sabiéndose que ya lo tenía hecho con el Madrí para la siguiente temporada; y, como remate, poner de entrenador a un Luis Aragones que sufría depresión. Claro que, entonces, estabas jugando la Copa de la UEFA, viendo ganar Ligas a la Quinta del Buitre y tenías una plantilla devaluada y encabronada que estallaría con lo del Motín del Hesperia. Mientras que ahora no pasas de Cuartos de la Champions, ves ganar Copas d’Uropa al Madrí y tienes la economía del club a punto de hacer fallida por los porcentajes que dedicas a pagar los sueldos del primer equipo se supone que posees a dos de los mejores delanteros del mundo, y a otros 2 atacantes que están entre los fichajes más caros, para darle algo más de alegría al juego.

De hecho, ahora que, como he dicho, ver jugar al Barça te permite una mayor evasión de lo que acontece en el terreno de juego, a veces me quedo traspuesto en pleno partido de tal forma que, con la mirada perdida fijada en un punto inconcreto del otro extremo del graderío (que, en mi caso, es el córner de Gol Nord con Lateral, justo donde se sentaba el hijoperra que iniciaba las olas y que, ahora que lo pienso, se han acabado coincidiendo con la llegada del txingurri al banquillo), y entre el rum-rum del público y la luz de los focos, me pongo a rememorar cosas de mi infancia culer en el Camp Nou. Por ejemplo ¿Cuándo el monótono y triste ‘Baaarrça! pam-pam-pam‘, que incluso utilizan los videojuegos para recrear cierto ambientillo, reemplazó al eléctrico ‘Foooorça Baaarrça! pum-pum pum-pum pum‘ de toda la vida y de mi niñez? O como es posible que, creciendo en una sociedad totalitarista, totalitaria o totalista como la catalana, durante décadas el único lugar donde escuchaba y cantaba “Els Segadors” era en el Camp Nou (y sin necesidad de recurrir a la letra que parecía en los marcadores, a diferencia de muchos consosis), que sonaba cuando la jornada de Liga coincidía con la Diada y/o con la presencia del President de la Generalitat en el Estadi. Ahora, no solo ya no lo ponen por megafonía, de darse estos dos supuestos, sino que el Tortell Poltrona que preside el club ha suprimido la histórica deferencia por la que se cedía el asiento principal de la Llotja al MHP. Anda que no perdería el culo, él y toda su junta de directivos unionistas y afines a la candidatura de Manuel Valls, si el invitado fuese un presidente del Gobierno o el Rey de España.
Por cierto, para los que ya empiezan a ver similitudes entre este Madrid con cinco defensas y aquel de Del Bosque que ganó la Champions con el mismo dibujo táctico, añadiría el hecho que todos estos Valverdes, Reguilones y Cristos del filial, con los que Solari está acabando los partidos, recuerdan horrores a aquellos desconocidos Zárate, Meca y Aganzo que entonces sostuvieron al equipo durante un par de meses (lo de sostener es un decir porque encajaban palizas por 4 y 5 goles en el Bernabéu en Liga). Si añadimos que también se fueron a jugar un Mundial de Clubes a Brasil, el más bizarro de todos los disputados, cayendo eliminados en la fase de grupos igual que el ManUtd (que, por disputarlo, renunció a participar tras siglos en la FA Cup). Ya solo les faltará que los 3 o 4 jugadores que -aún- tienen entre los mejores del mundo en su posición se activen como en su día lo hicieron los Roberto Carlos, Redondo, Raúl y Casillas.