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Yoyalodije

Al otro lado del espejo

¿Qué diríamos aquí si la historia fuera la opuesta?

En lugar de Gaspar, en el 2000 entra en el club Sandro Rosell, un tipo del que no conocemos nada, pero el nuñismo lo ve como el Sucesor, y que además promete y cumple con el fichaje de la gran estrella de nuestro rival: Mijatović. Rosell tira de “contactos”, y tras unas recalificaciones terriblemente sospechosas, sostenidas por sus amistades con la cúpula de CIU, y en la que sus empresas están descaradamente involucradas, remonta la situación financiera, y se permite hacer un par de fichajes estratosféricos. El balance sus primeros tres años son buenos: 2 ligas y una Champions.

A partir de ahí, la locura. 2004. El Madrid ha rehecho su equipo, y nos da sopas con hondas día sí, día también. Se ha llevado a nuestro delantero centro más prometedor de la cantera, despreciado por Sandro, y despliega el mejor juego de la historia. Rosell, tras poner un entrenador brasileño y fichar un montón de jugadores, termina yéndose a mitad de temporada.

Tres años después, con el Barça arañando ligas, pero cayendo año sí año también, en octavos, Sandro Rosell aparece como el nuevo salvador. El yoya, blog antinuñista con poca trayectoria, estalla. ¿Salvador de qué? Este tío ganó tres títulos y después salió por patas, tras dejar un solar con 4 galácticos acabados. Sin embargo, el nuñismo lo aclama como a un Elegido. Los pocos que intentan hacerle frente, son insultados y ridiculizados por sus medios afines, hasta el punto de que no hay elecciones. No existen los 35.000. Sandro gana sin un solo voto.

Su primer verano ficha a varias estrellas mundiales, pero el Madrid nos pasa la mano por la cara, gana la liga y desmonta el primer proyecto de Sandro tras su vuelta. Rosell dobla la apuesta, trae al aclamado Mourinho, y le da plenos poderes. El Madrid gana Liga y Champions, despliega el mejor juego que ha visto el fútbol moderno, y Mourinho termina enfrentado con todo el equipo, la afición y la prensa. El yoya espera la dimisión, una nueva espantada y a alguien que inicie un nuevo proyecto. Pero no.

Tras nuevamente invertir más y más dinero en fichajes, en general, catastróficos, hacer que la cantera solo sirva para rebajar el coste salarial, traer nuevos entrenadores sacados de encuestas de popularidad, por fin ganamos la Champions. Al año siguiente, el Madrid hace otro triplete, con Figo de entrenador. Nadie tose a Sandro.

Por último, con proyectos deportivos cuestionables, Sandro despide a su último entrenador monigote a mitad de temporada, sube del B a Gerard, y este consigue encadenar tres Champions consecutivas, a pesar de desplegar un fútbol espantoso, atracar en todos los campos de Europa, ser sodomizados contínuamente por el Madrid en liga y copa, pasar un bochorno constante en los despachos…

El nuñismo celebra las Champions. El yoya llora, solo e incomprendido, sabedor de que los triunfos de Sandro son solo producto de la fortuna y los extraños contactos en la UEFA. Sabe que la caída va a ser terrible, e incluso la desean. El proyecto de este año es otra locura más, otra moneda al aire.

En el horizonte no hay una sola alternativa realista a Sandro.