Nadie se explica como un equipo que había estado 39 partidos sin perder y que llevaba una ventaja aparentemente insalvable, había dilapidado esa diferencia con sus dos perseguidores gracias a una racha en la que, además de perder los puntos, parecía haber olvidado tanto su forma de jugar como equipo – discutible en algunos partidos- como la conexión implacable de su infalible delantera.
Acudía el Barça a Riazor a ganar, por necesidad imperiosa, y a recuperar sensaciones- que habían empezado a aparecer el domingo ante el Valencia- para seguir ganando las 4 finales que le quedan.
Salíamos con las inevitables dudas y con la importante baja de Piqué, sustituido por un Bartra que empezó bastante bien- aunque despejaba algunos balones hacia zona de peligro y recuperación del Depor- y fue mejorando a lo largo del partido.
Merced a esas dudas, empezamos el partido con bastantes imprecisiones ante un equipo coruñés que casi nada tenía que ver con el de la primera vuelta y que sufría bajas importantes tanto en defensa como en la portería. Defendíamos con cierta contundencia los tímidos ataques gallegos e íbamos tomando el control del partido pero sin profundidad ni velocidad. Los más entonados eran Iniesta – estorbado a veces por un árbitro mal colocado- y un Suárez que tuvo en sus pies la primera jugada de peligro pero que la mandó fuera. Messi, muy tapado cuando salía de la zona derecha y Neymar, que intentaba la guerra por su cuenta, no conseguían desbordar a la defensa deportivista.
Pero, un córner lanzado por Rakitic, fue rematado por nuestro “killer”, el uruguayo se deshizo del marcaje de Sidney- que pedía una falta inexistente- y abrió la débil lata coruñesa.
Intentaron los de Víctor Sánchez empatar, el entrenador local incrustó a 3 jugadores en nuestra zona defensiva obligando a Busquets a retrasar su posición debilitando el centro del campo. Entramos en unos minutos de locura en la que pudo llegar el empate a 1 en un par de claras ocasiones. Borges llegó forzado y solo pudo semirematar a las manos de Bravo y , posteriormente, entre Bravo y Bartra lograron desbaratar de forma milagrosa el gol gallego.
Y, mientras nos mordíamos las uñas, en una combinación de Iniesta hacia Messi, el argentino se inventa un excelso pase hacia Luis Suárez que rompe el fuera de juego para batir al portero y marcar el 0-2.
Con ese resultado nos fuimos al descanso. El Deportivo salió a quemar sus naves en la segunda parte y solo consiguió que, en los primeros minutos, en un contrataque del Barça, Neymar se hace otro lío en el área, se la cede a Suárez más hacia su izquierda y, el uruguayo, en una excelente visión de juego, abre el balón hacia la zona contraria del área donde llegaba un solitario Rakitic que solo tiene que fusilar el 0-3.
Ahí se acabó el partido, y en el Barça todos pudieron recordar de nuevo lo que hay que hacer para ganar y dominar los partidos. Suárez marcó dos goles más, Messi siguió dando un recital de pases, el uruguayo le cedió un balón inmejorable a D10s para que marcase su golito. Hasta Bartra- como se lo merece- y Neymar – como lo necesitaba-, tuvieron su gol. Incluso Bravo tuvo su ocasión de lucimiento.
Con el partido finiquitado, Luis Enrique les dio descanso a Iniesta, Busquets y Alba para dar entrada a S.Roberto, Rafinha y Adriano.
Esperemos que lo de hoy no sea un espejismo y nuestros jugadores hayan recordado definitivamente como ganar los partidos, hayan recuperado la fuerza mental y podamos campeonar dentro de 4 jornadas .
Licencia para matar: Que el Atlético siga ganando los partidos con la mínima efectividad. Nos obligarán a ganarlo todo.
La agenda de MoneyPenny: Marcado en el calendario el desplazamiento al Benito Villamarín. Primer partido en meses en el que tendremos una semana entera para prepararlo. Paso a paso, el sábado hay que consolidar lo de hoy ganando a un Sporting que está agarrando a Primera con uñas y dientes.