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Crónica

Como moscas

El Barça, en una noche desangelada, se deshizo de un pobre Elche como el que espanta moscas en verano, a base de manotazos. Ni tan siquiera le hizo falta jugar mínimamente bien al fútbol para dejar sentenciada una eliminatoria que no existía desde que ambos equipos fueron emparejados en el sorteo. Esta goleada le da un mínimo respiro a un equipo que desde la derrota de Anoeta ha pasado su particular purgatorio.
En su linea habitual LE montó un centro del campo experimental con Mascherano, Rakitic y Sergi Roberto más programado para destruir que para crear y basó todo el juego en la combinación de laterales con la tripleta de delanteros que ayer tuvieron una jornada brillante. Lo demás lo puso el Elche que demostró su candidatura clara al descenso con multitud de fallos defensivos y entregas al contrario que no finalizaron en mayor goleada gracias a Borbalán y sus asistentes.
De un robo surgió el primer gol en el que Messi asistió a Suárez y éste de un toque asistió a Neymar que fusiló al portero rival. El segundo fue del uruguasho en una jugada individual demostrando lo bien que juega y define con espacios en un gol parecido al que metió al Apoel. Esperemos que vaya entonándose poco a poco. El tercero, prácticamente en un santiamén fue a causa de un claro penalty a Neymar (el primero no lo pitó) que definió Messi con tranquilidad. El gol lo dedicó al gol nord en un gesto que alguien interpretó con cierta sorna.
La segunda parte fue más aburrida aunque los dos goles fueron de gran belleza. El primero, o más bien, el cuarto fue de Messi aunque lo convirtió Alba en una asistencia que solo el mejor de la historia puede imaginar en su privilegiado cerebro. El quinto, el que cerró la goleada y la eliminatoria, fue aparentemente un golazo de Neymar aunque con la repetición nos llevamos un chasco al ver que dio en un defensa.
Partido sin historia al que acudieron 27000 sufridos culés y en el que no se vio nada que no sepamos: una delantera de fábula pero un equipo sin alma y un entrenador que camina por un alambre desde que trascendió su enfrentamiento con Messi. Mal negocio, Luis Enrique.
El domingo espera una reválida que, a fecha de hoy, parece quimérica ante el mejor equipo de Europa en este momento. Ellos tienen equipo, nosotros jugadores ¡cuánta envidia!