Bueno señores… quedémonos con lo positivo (¿?).
Este año ha sido un año de mierda en lo ‘personal’ (Tito) y en lo ‘deportivo’, donde no sólo se ha cumplido aquello que dijo Murphy de que todo lo que podía salir mal salió mal; sino que las cosas han ‘salido mal’ de una manera casi cruel (perdiendo la copa con ridículo, perdiendo la liga con impotencia y asistiendo al enésimo advenimiento de Satanás). Además, la cosa se agrava cuando pensamos con cierta perspectiva en clave culé, analizamos quién nos dirige y lo que piensa de ellos la gran mayoría de nuestros queridos consocios.
Total, que siendo pragmáticos, lo que tocaría ahora sería encerrarse en un búnker durante el próximo mes (esto, me temo, es impepinable) y después olvidarse de todo lo que tenga que ver con esto de darle patadas al balón el tiempo que dura un año en Neptuno… pero no.
Porque somos tan inocentes, o simplemente nos gusta tanto esto, que ya estamos deseando ver a Lucho meter a más de un moc-moc en vereda. De ver a Messi resurgiendo y tapando bocazas condales. De ilusionarnos con algún fichaje de la portera de esos que acaban no llegando nunca. De pajiplantillear y/o de analizar todo lo bueno que tenemos en la Masia. Porque al final, el fútbol, que en días como hoy parece una puta mierda, es esto; agarrarse a lo que sea con tal de esperanzarse. Y porque gracias a quien corresponda, existe este antro de malbarsalunistas en el que compartir estas esperanzas, debatir, y hacer que noches como esta sean mucho más llevaderas.