Ayer el Barça del Tata Martino pasó su ITV europea. Hasta ahora había demostrado ser competitivo en las competiciones locales pero, a pesar de ser líderes de grupo de Champions, había muchas dudas ante el difícil enfrentamiento de octavos contra el City. Para afrontarlo, el Tata se agarró a la experiencia de unos jugadores que tienen el culo pelado de jugar eliminatorias de Champions y propuso un choque pleno de oficio y saber estar. Por su parte, Pellegrini defraudó con un planteamiento de equipo segundón, manipulando el césped y buscando los errores del Barça para buscar su oportunidad. Pero la Champions tiene sus normas , no sabe de advenedizos y resolvió decantar la balanza para quien supo usar mejor sus cartas.
Así, Martino, anoche planteó una segunda parte de lo planteado frente a la Real en la semifinal de Copa con equipo repleto de centrocampistas, con la intención de controlar el juego desde el primer minuto y minimizar al rival a base de no dejarle tocar la pelota. La idea era que Messi iba a tener alguna y ahí podía estar la eliminatoria y hasta que llegara ese momento lo prudente era esperar teniendo la posesión de la pelota. El plan no acabó de salir del todo en la primera parte porque el City tuvo alguna ocasión clara, sobre todo por alto y el Barça apenas llegó con una pared en la que Iniesta no lo vio claro para el disparo. Un disparo de Xavi desde fuera del área completó el bagaje ofensivo en esta primera parte de tanteo.
En la segunda parte, los blues salieron un poco más arriba e intentaron achuchar más al rival pero en una pérdida en la que reclamaron falta a Navas, Busi recuperó, sirvió a Iniesta que a su vez habilitó a Messi al espacio quedando solo frente a Hart. Demichelis no pudo más que derribarle por detrás en lo que se convirtió en la jugada clave del partido. Hubo dudas acerca de si el derribo fue dentro o fuera del área pero el árbitro sueco no se hizo el idem y señaló penalti y expulsó al central argentino.
Con la tranquilidad habitual, Messi abrió el marcador y el partido cambió. El Barça volvió a mandar y el City reculó buscando la supervivencia en algún contrataque. El Barça estuvo prudente y no se lanzó con todo sino que esperó su momento, un momento que llegó a través de un Alves espectacular quien, tras avisar en un par de ocasiones, remató el partido y seguramente la eliminatoria en un gol que a todos nos recordó el de Belletti en París.
Pellegrini estuvo llorón en la sala de prensa y Martino incisivo ante las preguntas de la siempre impertinente (con el Barça) Mónica Marchante. El señor ingeniero se quejó de premeditación con la designación y de error clave en el penalti olvidando otro claro penalti en la primera parte y el gol anulado injustamente a Piqué. Nada que ya nos sorprenda en este mundo infectado por el floren-mourinhismo.
El Barça, salvo debacle, esperará rival en cuartos con la moral más sólida y con la afición algo más crédula acerca de sus posibilidades de campeonar en Champions pero esto apenas acaba de empezar. Ahora me preocupa hasta la obsesión el importante partido en Anoeta del sábado (¿por qué se juega en sábado?) que será de los más difíciles de la temporada en Liga. Una victoria allí será vital para esperar con tranquilidad a la semana siguiente el derby entre los otros dos equipos de la capital. La Liga sigue siendo lo más importante.