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Crónica

Caer en la trampa

Según decía Louis Van Gaal, cada partido, con independencia de su trascendencia, influía en el siguiente por eso era importante dar buena imagen en cada contienda y, sobre todo, acabar bien los partidos. Yo no creo que siempre se de esta norma, pero sí muchas veces, y anoche fue uno de esos casos. El equipo de ayer salió con el síndrome de la segunda parte contra el Sevilla, con mucha precaución dado el desfonde físico que se evidenció y que casi les cuesta dos o tres puntos. El Barça salió, en consecuencia, muy prudente al partido y buscando el mínimo desgaste de inicio dejándose fuelle para poder acabar dignamente el encuentro. Y es que es bastante evidente que, aparte de otros problemas, el Barça va muy justito físicamente y la manta no cubre todo el cuerpo y, si nos tapamos la cabeza nos destapamos los pies, y en esa coyuntura la prudencia no invita a demasiados excesos.

Así,  Martino alineó a los de siempre con la churrirrotación habitual, esta vez entró Cesc por Xavi, y el equipo anduvo al tran tran de forma descarada durante los primeros 45 minutos. Solo Neymar, que acaparó todo el juego de ataque parecía con fuelle para encarar y desequilibrar pero el despiste general y la falta de implicación de los medios y su lateral en las jugadas hacía que sus ataques resultaran baldíos. Solo un chispazo del de siempre, que a medio gas  sigue siendo el mejor jugador del mundo, consiguió librarnos del sopor vespertino y abrió el marcador con una falta extraordinariamente sacada, Ronaldinho style.

En la segunda parte el equipo no podía ir a peor y, por tanto, fue ligeramente a mejor. Aumentó un 30% la intensidad, se metió más en el partido y consiguió resolverlo en una contra perfectamente llevada entre Busi y Alexis y rematada como los ángeles por Messi. A partir de ahí el Ajax perdió cualquier aspiración de sacar algo positivo, si alguna vez la tuvo, y el Barça siguió jugando a placer con un Ajax entregado. Tras un buen centro del incansable Neymar, el enfadado Piqué metió el tercero y se medio lesionó (parece que están de moda estas lesiones) siendo sustituido por el inédito Bartra. El partido lo remató Messi tras una nueva recuperación del incomprendido Alexis, que nunca desconecta de la presión, y lo definió a cámara lenta como si de una secuencia de Matrix se tratase, colocando suavemente el balón a la derecha del portero holandés. Un nuevo hatrick del argentino que ni siquiera buscó el balón al finalizar el partido como si, para él, ya fuera una costumbre meter tres goles.

No quiero extraer muchas demasiadas conclusiones del partido de ayer. Se abrió la liguilla de Shempions  ganando (otros entrenadores TOP no pueden decir lo mismo) y con goleada. Las sensaciones fueron pésimas en la primera parte pero se mejoraron en la segunda. El equipo tiene que ir a más y tampoco nos tenemos que obsesionar con estar al 100% en el mes de septiembre. Creo, sinceramente, que estamos cayendo en la trampa cavernaria del sobre análisis , de la búsqueda del titular y, en definitiva, en su desesperación por ser siempre el que la tiene más grande. Creo que sería higiénico mentalmente olvidarse de los blancos y de sus bravuconadas continuas y no esperar que el equipo tenga que dar siempre un puñetazo en la mesa o que Messi marque más goles que el cani. Quiero recordar que en las primeras temporadas de Pep, se perdieron y empataron algunos partidos inesperadamente a principio de temporada, recuerdo al Hércules, Mallorca y el propio FC Basel. Se comenzaba tibio para acabar on fire. Creo que ese es el camino, y la paciencia debe ser nuestra virtud. No caigamos en la trampa.