Parece que este nuevo Barça de Tito está empeñado en eliminar los minutos de la basura. Y es que en esta temporada los guiones de los partidos parecen estar escritos por el mismísimo Alfred Hitchcock. Los encuentros contra Osasuna,Spartak,Sevilla, Granada, Deportivo y el de anoche contra el Celtic nos han mantenido enganchados hasta el último segundo con goles in extremis como el de Alba anoche o el de Villa en el Pizjuán. Estamos en octubre y el ritmo cardíaco del culé medio está ya en el máximo admisible, nos convendrían un par de partidos tranquilos, como los de antes.
Ayer Tito tuvo que dar una nueva vuelta de tuerca a la alineación debido a la injusta ausencia de Busi por sanción y las consabidas bajas de Alves,Piqué,Puyol y Abidal (ojo ahí). Tito adelantó a Song al mediocentro y dio la alternativa a Marc Bartra en el centro de la defensa.Descansaron los dos. Bartra estuvo más que correcto en su estreno con maneras de central, algo que se estaba echando de menos y a Song se le vio más situado en el centro del campo, con una extraña forma de moverse, pero eficaz para lo que se le pide.
El partido comenzó con el clásico “tran tran” que le da la dupla Xavi-Iniesta al juego del equipo, llevando la contienda al máximo control. Todo hubiera podido cambiar a las primeras de cambio si Alexis hubiera acertado un remate tras una increíble asistencia de Iniesta, pero ayer, de nuevo, no era el día de Alexis. El chileno no es un jugador inteligente en el campo, es todo despliegue físico y lo deja todo a su inspiración. En esa tesitura hace algunos partidos buenos y muchos más regulares. Ayer no tuvo el día y provocó una falta absurda en el lateral del área que tuvo como consecuencia el gol de los escoceses. El gol fue una nueva desgracia para Mascherano que está de pega aunque después se marcó un gran partido al corte y en la anticipación.
El gol espoleó a los célticos en su aspiración defensiva y obligó al Barça a cambiar de marcha, dentro de lo que pueden cambiar de marcha Xavi e Iniesta. Messi no acababa de estar fino y hubo que afinar mucho en una combinación al filo del descanso para que Iniesta, especialista en goles históricos, empatara el partido con un golazo al que no dimos demasiada importancia. Es la fuerza de la costumbre. Quedaba toda la segunda parte y el Barça necesitaba que le saliera bien una jugada para remontar de nuevo el partido. Tito tenía las claves.
Iniciado el segundo tiempo, el Barça comenzó a achuchar a Forster que se estaba vararizando(?) por momentos. Sacó un par de balones increíbles antes de que Alba rematara la faena. Tito cambió a los extremos, Alexis y Pedro por Tello y Villa, y el Barça siguió con su asedio aunque los de Neil Lennon seguían emulando a Numancia. Villa remató al poste en el descuento y cuando parecía que el empate iba a ser el resultado final Adriano tiró un centro ajustadísimo para que Alba tocara al fondo de la red. Un estallido de júbilo inundó el Camp Nou, una vez más, el Barça había remontado el séptimo partido de la temporada, de 13 jugados. Hitchcock había triunfado de nuevo.
La victoria coloca al Barça líder de su grupo con nueve puntos, a cinco del segundo, el propio Celtic. La idea es asegurarse el liderato del grupo en el partido en Celtic Park y así convertir en trámite el desplazamiento a Moscú y la visita del Benfica. Y es que la Champions de verdad comienza en octavos y para entonces tendremos que ajustar todos los desajustes que ahora nos divierten pero que entonces nos pueden hacer llorar. Ese es el reto de Tito.