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Crónica

Mango es el color del control

Getafe C.F., 1 – F.C. Barcelona, 3

Una primera parte primorosa le bastó y le sobró al Barça para certificar su absoluta superioridad en el Coliseum Alfonso Pérez ante un Getafe desdibujado que entregó la cuchara desde el pitido inicial del árbitro. El equipo de Guardiola mostró en la primera mitad su mejor versión, lúcido y vertical, poderoso en el juego interior con Xavi, Iniesta y Messi en la sala de máquinas, Mascherano barriendo con criterio y con la incansable aportación por las bandas de Alves y Pedro. La posesión del balón era monopolio del Barça y corría el minuto 23 cuando Villa asistía magistralmente a Messi para que el crack argentino marcase el primer gol del partido.

El monólogo barcelonista no tuvo pausa: diez minutos más tarde se invertían los papeles y era La Pulga quien servía un buen balón a Villa para que el Guaje firmase el cero a dos. El Barça, que jugó con su segunda equipación de color mango, pudo irse al descanso con otro gol en su casillero si Codina no hubiese conjurado con el pie un venenoso remate del delantero asturiano. Como perfecta antítesis de lo que sucedió en tierras danesas el martes pasado, esta noche los hombres de Guardiola controlaron el partido a su antojo y marcaron siempre el ritmo del encuentro.

En el segundo tiempo el Barça decidió levantar un poco el pie del acelerador pero aún así se encontró con un tercer gol marcado por Pedro en el minuto 65 tras una falta de entendimiento entre Cata Díaz y su portero a consecuencia de un buena presión de Messi. Todo parecía visto para sentencia pero cinco minutos más tarde unas manos de Piqué en el área eran castigadas por el árbitro con penalty y la expulsión del central al recibir la segunda tarjeta amarilla. La pena máxima era transformada por Manu del Moral para poner el 1 a 3 en el marcador electrónico.

El gol y la superioridad numérica fueron una inyección de orgullo y casta para el equipo azulón que disfrutó de alguna oportunidad clara para marcar un segundo tanto, pero dos buenas intervenciones de Valdés y un remate sacado bajo palos por Maxwell permitieron al Barça conservar intacta su ventaja. El fuelle del Getafe terminó con la expulsión de Boateng, también por doble amonestación, que dejaba a ambos equipos con diez jugadores y el Barça volvió a ejercer un control absoluto sobre el partido hasta el final.

“Ganar así es un buen síntoma para nosotros”, declaró Pep Guardiola en la rueda de prensa posterior al partido. Y, efectivamente, es una noticia satisfactoria la convincente y a ratos brillante actuación del equipo en un estadio donde, según indican las estadísticas, cada vez que el Barça consigue la victoria se proclama campeón de Liga. Ojalá que la tradición se mantenga una temporada más. No cabe duda de que Guardiola y sus jugadores se dejarán la piel en el intento.