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El ojo que todo lo ve

Mi reyna por un botox

Oh, las elecciones. Tema coñazo como pocos. Yo sólo estoy interesado en debates a cuatro bandas en vivo y a cara de perro, más por la vertiente sociológica que por otra cosa. Ardo en deseos de que Ingla saque un manojo fotos a todo color de Rosell comiéndose un niño (negro) a la puerta de un puti en Sao Paulo, o de que Benedito saque un video de Ferrer cepillándose una oveja mientras el otro le tira por la cara un carpesano con instantáneas del otro dándose piquitos con un cubano en Port Aventura.
¿Por qué siempre imagino las jugadas más truculentas sucediendo en Port Aventura?

Parece claro que, como en política, está lleno de gente dispuesta a decirnos que votemos a X y no a Y (*) basados en basura y en carencia absoluta de evidencia factual. Peor aún: creen disponer de información para ejecutar sus dictámenes desconocida por el borreguil y subnormaloide socio, en un alarde de modestia conmovedor. Que los que tienen intereses vendan su agenda me parece comprensible, pero me sorprende ver que la gente  aun cree en ciertas cosas con devoción medieval cuando el sistema es por naturaleza estratosférico –significando que hay dos estratos: los que mandan y el poso, y que los de arriba van a buscar su propio interés y dar por culo a los de abajo por definición.

En este entorno, ¿qué podemos pedirle a un presidente del basalón? Yo, a título personal, no le pediría más que a un jefe o manager normal: justicia, ecuanimidad, mirar por los intereses de aquello que representa por encima de los propios, entender que ahora ya no es Fulano de Tal sinó el President del FC Barcelona y que por lo tanto su perspectiva personal sobre las cosas debe aparcarse, y por último que actúe como Castrol –lubricando entre los diversos componentes del club, coordinando, sincronizando, asegurando un fluido desarrollo de los mecanismos sin erigirse en protagonista de nada ni intentar representar nada más que lo que representa, que es el club.
Que sea desacomplejado es opcional.

A eso añadirle que mire por la pasta ajena –la del socio- más que miraría por la suya (como toda persona normal haría), que no se endeude netamente (ahora que ya todos somos economistas y no toleramos cifras de deuda bruta) más de lo que endeudaría a su familia, y que en definitiva se comporte como un tío cabal. Entiendo probado que no llevarse a fulanas al payroll, no tajarse o no violar reiteradamente promesas electorales NO es considerado como prioritario por parte importante del electorado, luego lo dejamos por irrelevante.

En general pues, mi expectativa es que el nuevo presi NO toque lo que ya funciona (la cantera rosa, el banquillo, os concedo la secretaría técnica), no se invente burradas como triplicar ingresos en 3 años, y que reduzca la escalofriante burocratización del club mientras mantiene una política deportiva (de zidanes y pavones, miren por dóndes) perfectamente alineada con la ejecutada hasta el momento, por qué no decirlo, por EL GRAN JOAN LAPORTA.