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Barça – Valladolid: ahí está el alirón

Tirando de memoria, que los sábados no están para meterse en webs de estadísticas, este año en Liga el Barça lo ha ganado todo en casa salvo el empate cedido ante el Villarreal. Espectacular. Su rendimiento en la competición doméstica, además, ha sido excelente tras la eliminación ante el Inter, cuando muchos nos temíamos que la decepción europea sería un golpe demasiado duro para los blaugranas. Una respuesta de campeón, con exhibiciones en citas complicadas a domicilio que ha reforzado la confianza en este equipo hasta a los más escépticos. La compleja situación generada alrededor de Ibra, un tipo más que sospechoso para gran parte de la masa culer, ha sido bien resuelta con la providencial aparición de la mejor versión de Bojan, un seguro de gol en estas últimas jornadas. Lo es junto a un Pedro que sigue determinante y un Messi que, aunque se le nota agotado, mantiene un idilio perfecto con el gol.

Encaramos pues la vital cita de este domingo, la que debe darnos esta terrible Liga, en condiciones más que notables. Tan sólo planean un par de dudas que emborronan un pelín el optimismo: por un lado, hasta qué punto nos afectará la -injusta- ausencia de Xavi. El de Terrassa se antoja un jugador vital para romper el autobús-trolebús-tranvía-transatlántico que colocará el bueno (?) de Clemente en su área. Cabe esperar que Pep encontrará la mejor solución para romper las lineas defensivas vallisoletanas, y tal vez con la movilidad de los de arriba (si damos por hecho que Ibra empieza en el banquillo) ya será suficiente. Pero si te falta el timón y parece que tampoco puedes contar de inicio con su único recambio posible, Iniesta, siempre te quedará alguna duda sobre el rumbo que acabarás tomando.

También genera algo de incomodidad enfrentarse a un equipo que, aún siendo de lo más mediocre de esta mediocre Liga, se lo juega absolutamente todo. Bajar a segunda es el peor desastre para cualquier club de fútbol, eso es obvio, y ninguno de los once jugadores del Valladolid que salten al terreno de juego quieren verse la temporada que viene jugándose la tibia en el campo de la Ponferradina. Ante esta situación extrema se puede esperar cualquier cosa del rival, y más con Clemente como entrenador.

Pequeñas notas de intranquilidad que nunca faltarán en partidos tan decisivos como el de este domingo. Pero no es necesario sufrir más de la cuenta, porque el estado de forma y la superioridad del Barça es tal que la victoria debería llegar sólo por inercia. Este equipo ha superado tantos retos durante este año, especialmente en esta agotadora liga, que un pinchazo en el último momento no cabe en la cabeza de nadie. Y si cabe, nadie quiere dejarle sitio. Es un ‘1’ fijo en la Quiniela. Así que tranquilos, que el partido, y el título, caerá como fruta madura. Ahí está el alirón. Pero ya lo ha dicho Guardiola, este domingo no hay que ir con la idea de celebrar nada. Simplemente, hay que ganar un partido, el único que nos falta para ser los mejores.