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Yoyalodije

Por cojones.

Partido previo a la batalla frente al Inter, tan importantísimo para el desenlace de la Liga como incómodo en la fecha. Calificado como partido trampa, no soy capaz de encontrar un sólo argumento para ver peligrar los tres puntos. Al parecer este Xerez ha sido capaz de ganar en el Calderón, lo cualo no tiene mucho mérito porque allí sólo perdemos nosotros, y precipitó el cese de Jimenez en Sevilla, lo cualo tampoco es una sorpresa porque llevaban un año deseando echarle.

¿Gorosito o palmero de Peret?

Con ese espectacular bagaje y últimos en la tabla llegan los chicos de Gorosito, amenazando que si van a por el partido y tal. Para perpetrar semejante amenaza se agarran a tres argumentos:

A- el Barça saldrá plagado de suplentes.

B- los de Pep estarán pensando en el Inter.

C- los dos últimos reveses han metido el miedo en el cuerpo al equipo.

Si, las dos primeras son ciertas, pese a ello, un equipo que se está jugando el título no debe tener problema alguno para pasar por la piedra a un equipo cuasi de Liga Adelante. Pero mientras vamos matando el tiempo a la espera del miercoles, algo positivo tenía que tener un partido como este, hablo de la posibilidad de rotar jugadores, de poder guardar nuestros mejores hombres entre reparadores masajes y  milagrosos unguentos para la gran cita europea.

El partido se presta para dejar en el banquillo a Alves ya que la sanción a Puyol permite jugar con el canterano en el carril derecho. Permite dejar en el banquillo a Piqué y Milito y colocar a Chigry y Marquez, a los que veo capacitados para contrarrestar a Bermejo o Victor Sanchez, dar descanso Xavi y colocar a Dosantos para que se vaya fogueando en partidos de alta presión, permite sentar a Ibra y Messi y darle la responsabilidad de abrir la lata a Bojan y Henry.

Del Xerez poco o nada que decir, no he querido perder ni un minuto en documentarme sobre sus armas, táctica y demás folklore. Sencillamente hay que sumar los 3 puntos y se acabó. Es inconcebible cualquier otro desenlace. Juegue quién juegue.

Sintetizando: clásico partido que se ha de ganar por cojones.