Los jugadores del Barça Atlètic iban a su particular Galia este sábado y el resultado confirmó lo que cuesta puntuar fuera de casa. Y más en tierras valencianas.
El Barça hizo su juego y hasta dos veces se adelantó en el marcador pero el Alicante no se desmoronó e igualaba el marcador después de los goles azulgranas. Preferiría no decir que los goles vinieron por errores del Barça, a mi modo de ver los goles siempre vienen por errores del que defensa o por aciertos de quién marca. Según como se quiera ver.
El resultado de 2-2 puede darse por bueno y justo, aunque el equipo que se adelanta al marcador siempre le queda peor sabor de boca que el que remonta. Y más si el Alicante, equipo de media tabla, saca un puntito contra un equipo fuerte como el Barça Atlètic.
Parece que a Luis Enrique le cuesta más decidirse a la hora de saca el equipo titular cuándo más jugadores tiene disponibles. La alineación no es que fuera ninguna revolución total pero si que había tres o cuatro cambios que sorprendieron un poco.
¿Rotaciones o continuidad? Aquí el asturiano apuesta por las rotaciones claramente, seguro que al saber que algún jugador puede ser necesario tanto en el primer equipo como en el juvenil apostó por las rotaciones. De esta forma se mantienen todos los jugadores a un buen estado competitivo, pero por otra parte se merma la continuidad de juego que necesitan algunos y el equipo en global pierde identidad en su juego made in Masia.
Esperemos que a “empentes i rodolons” los jovenzuelos azulgranas puedan sacar los puntos necesarios en los seis partidos que quedan y acceder a los play-offs de ascenso, que como mínimo es el premio que merece este equipo. De momento continuamos terceros, y con mucha suerte, pues los resultados de los otros equipos rivales directos para el ascenso casi siempre nos son propicios. No tentemos a la suerte y consigamos del Mini Estadi un fortín y por lo menos ir puntuando en las salidas.