Munir fue un ejemplo para todos los canteranos: con partidos como el suyo no se llegará jamás al primer equipo.
Viendo los 15 primeros minutos del Barça en Butarque se preveía un partido plácido: dominio de la posesión, rival encerrado en el área, nuevo lanzamiento teledirigido de Chutinho y misil de Messi a la cruceta. No tengo constancia de este record pero probablemente D10S también sea el que más veces ha disparado a los palos en la historia de la Liga. Sin embargo, confiar en una fácil victoria blaugrana es no haber visto a este equipo sin alma durante el último año: se hace difícil recordar un partido redondo, completo y con buen fútbol del Barcelona en ese periodo.
La relajación de jugar contra el colista y ponerse en ventaja tuvo un efecto “romanizador” que conforme avanzaba el partido hacía parecer peor a cada jugador y al propio entrenador culé: Deambulé, tras su esperanzador comienzo de temporada, volvió a ser ese elemento extraño y a veces hasta torpe que se vio en muchos partidos de la Liga pasada. Coutinho, que en ocasiones genera peligro, nunca genera juego. Por su parte, Munir fue un ejemplo para todos los canteranos: con partidos como el suyo no se llegará jamás al primer equipo. Con menos gol que Luis Suárez, menos calidad que Luis Suárez y menos experiencia que Luis Suárez, al menos se esperan más ganas que Luis Suárez. Ni eso. Si este Munir debe pelearle el puesto, el Pistolero llegará al Mundial de Qatar como delantero titular del Barça. Y aún más sangrante fue lo de Piqué: si frente al Girona mostró su lado más gris en ambos goles, lo de Leganés fue directamente su lado oscuro: tras la lentitud y el despiste del empate pepinero, la asistencia a El Zhar en el segundo gol fue de los que anuncian una pronta retirada. Remember Nedved.
Dejo para el final a Don Honesto y su nuevo experimento con Vermaelen. Si alguno pensaba que el belga recién salido de una lesión, subiría la banda izquierda cual Maldini, le doy la bienvenida a “lo dudo mucho”. También se la doy a quien esperase una revolución del previsible entrenador blaugrana: cambio del inoperante Munir por Suárez y Vermaelen por Alba. Porque quitar a Piqué, poner a Vermaelen de central y sacar a Alba, tal vez significaría señalar a una vaca sagrada. Y eso de señalar está muy mal para gente con la exquisita educación de Don Honesto.
Así que nuevamente prisas, apenas una clara ocasión de Chutinho y un nuevo quiero y no puedo para certificar la primera derrota de la temporada del que, acaso sea el Barcelona menos ilusionante desde la (no tan lejana) época del Tata Martino. Y si algunos presumen del doblete de la temporada anterior con un juego nulo y Messi en modo D10S, es necesario recordarles que el “otro rosarino” se quedó a dos goles (uno de ellos que hubiera concedido el VAR) de igualarlo. Su legado a la historia del fútbol azulgrana fueron los asados y un polo verde pistacho. ¿Cuál será el legado de Don Honesto?