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Crónica

El Mierdas no preocupa, el Barça, sí

El Mierdas no preocupa, el Barça sí. Esa debería ser, al final del partido, la conclusión de los culés. Porque el juego del Madrid, con un medio del campo formado por Chocomaní y Carapinga no va a dar miedo nunca. Puede que incluso gane algún título sí –ya lo hizo con Emerson y Diarrá– pero será a lomos de sus individualidades en la portería y en la delantera. Nada nuevo. Pero preocupante es lo del Barça, una mala copia del deslumbrante equipo de la temporada pasada. Entre las lesiones y los bajos momentos de forma, lo mejor que sacó del clásico fue el resultado.

Porque hubo aroma a goleada. Especialmente en la primera parte. No le hacía falta a los mierders dominar el medio del campo –tampoco tienen con qué- pero cada balón largo, cada presión a la endeble defensa azulgrana, le valía para generar peligro. Ya a los dos minutos M&M (Mandela Monguer) chutaba la pierna de Lamine y ante la caída del brasileño, el árbitro pitaba penalty. La inercia histórica, se supone. El VAR acudía a hacer justicia. Igual que poco después, para trazar la milimétrica línea que anulaba el gol de MeFlippé. En tiempos de Díaz Vega, los locales ya habrían ido ganando por 2 goles ilegales de ventaja. Las ligas de Johann deberían valer por 20.

En cualquier caso, estaba al caer el gol. Y cayó. Lógicamente del lado local y obra de Meflippé, la actual bestia negra azulgrana, a quien marca sin compasión en cada partido. Un buen pase de Belinjuan sirvió para que el francés dejase en evidencia la baja forma de Cubarsí y batiese a Scnbcmnzy. El Madrid jugaba, no con una, sino con dos o tres marchas más ante un Barça que trataba de bajar las revoluciones sin apenas asomarse en ataque. Fallón Torpe confirmaba lo grande que le vienen estos partidos y Lamineymar, o más bien su sombra, deambulaba por el terreno de juego. Ni un uno contra uno, ni una internada por banda. Problemas físicos, mentales, o ambos, pero El Chaval firmó su peor partido en lo que fue el patio de Messi. (15 goles y 8 asistencias de D10S allí).

Pero cuando más incómodo estaba el Barça, apareció Pedri. El canario robó un balón a Güler y elaboró una jugada para que Trashford encontrase a Fermín llegando solo desde la segunda línea. El onubense se convertía en el máximo goleador azulgrana en lo que va de temporada. Un dato que dice todo. Tanto del nivel del centrocampista como del su equipo.

Ni cinco minutos duró el espejismo. Antes del descanso, un centro pasado de M&M sin oficio ni beneficio, volvió a caricaturizar la defensa de mantequilla azulgrana. Limitao le ganaba a Balde, Huijsen empujaba a Cubarsi y Bellinjuan, solo en el área pequeña, marcaba a placer. A renglón seguido, otra cadena de errores defensivos y nuevo gol de Meflippé, anulado también por fuera de juego. Pero la sensación era que el 2 a 1, al descanso, era justo y corto, a la vista de los méritos de ambos equipos.

Sin cambios en el paso por vestuarios. Especialmente porque el banquillo azulgrana era un erial. Y el juego seguía irreconocible. Sin chispa, sin frescura, sin recursos ofensivos. Y a los cinco minutos, nuevamente el clásico de los clásicos. Y es que aparte de “gol”, la frase más repetida en la historia del futbol es: “penalty a favor del Real Madrid”. Dato. Cierto es que esta vez la mano de Eric fue tan inoportuna como evidente. Y por suerte para él, fueron también las manos de Scnzncjhny las que evitaron que Meflippé sentenciase el partido en ese instante.

El fallo de Kylian mantuvo a los azulgrana con vida. Aunque fuera con respiración asistida. El físico blanco, en el que se habían apoyado en la primera parte, empezó a dar síntomas de agotamiento. Pedri y De Jong tomaron algo más la batuta pero el ataque seguía igual de espeso. O más aún. El fantasma –en todos los sentidos– de Lamineymar sin manifestarse. Apenas un par de pases en profundidad pero con nulo resultado. Esperar algo de Fallón ya era como invocar un milagro.

Se llegaba a la recta final y seguían pasando cosas. Pero todas en clave merengue. Otro gol (bien) anulado a Bellinjuan. Otro show cómico de M&M digno de mandarle a la liga ugandesa. Así que Flick optó por el caos. Cambios y más cambios, tanto de hombres como de posición. Terminar en el Mierdabéu con De Jong y Casado como centrales. Lamineymar de interior, Fermín de extremo izquierdo y conTrashford y Araujo de delanteros centros… parecía digno del Joker. Y en medio de ese embrollo, un penalty al limbo por la habitual carvajalinha de Carvajal que se retirará sin que nunca le hayan pitado penalty en su acción favorita. Y Koundé que pudo empatar pero regaló el balón a Courtois con su mal control. Ni siquiera ambas acciones sirven de excusa Es la tercera derrota en los últimos cinco partidos. Y la mala sensación de estar cada vez más lejos de lo que quiere Flick.