REMONTADA DE CAMPEÓN
De la euforia a la depresión con rumbo al éxtasis final. Así transcurrió la tarde en Montjuic, como un tobogán de emociones. Con un comienzo valiente por ambas partes y el Tiburao de Foios volviendo a aprovechar sus minutos de titular. Arrancada, regare y disparo desde la frontal para inaugurar el marcador.
Pero este Celta de Giráldez es un muy buen equipo. Buen trato de balón e intensidad. El gol en contra no les descolocó lo más mínimo. Principalmente porque no hubo tiempo: casi a renglón seguido una buena jugada por la banda derecha desnudó las carencias de Gerard Martín –por algo es suplente– a la par que nos recordaba la fecha de nacimiento de Scnbchndmny: 18 de abril de 1990. El polaco festejaba su reciente aniversario comiéndose el centro como si fuera su tarta de cumpleaños. Y Borja Iglesias, que pasaba por allí, se llevó su regalo.
Vuelta a empezar pero ya sin la vitalidad del comienzo. Porque el bajón físico del equipo en el último mes ya es indisimulable. Y este Barça Flickeano depende tanto del físico como de disponer de sus mejores hombres. No se puede jugar toda la temporada con el mismo once y muchos de los suplentes hacen bajar al equipo uno o dos escalones. Y así, el partido comenzó a trabarse. El Barça conservaba el balón pero no hacía ninguna ruptura al espacio. Incluso Scnzbmnehjny tuvo tiempo para enmendar en parte su error con alguna intervención de mérito. Porque el Celta no se encerraba atrás y aprovechaba la mínima oportunidad para desplegarse.
El descanso no cambió el panorama. O sí. Pero a peor. Apenas comenzaba el segundo tiempo cuando un balón largo provocó un malentendido entre Íñigo y Fraude Jong, con el holandés recordando a su peor versión. De nuevo Borja Iglesias agradeció el presente y adelantaba a los célticos. Pudo ser aún peor cuando el propio Borja tuvo otra clara ocasión para su hat-trick que Szncmbnmy evitó.
Movió ficha Flick con un cambió lógico: dentro los buenos. Quicir, Olmo y Lamine. La eficacia de los cambios no fue inmediata: mientras el equipo se reordenaba, otro contraataque fulgurante celeste ponía a Borja Iglesias en la senda del gol, corriendo desde su propio campo y batiendo en el mano a mano a Wociej que poco pudo hacer ante la picadita del atacante. Hat-trick del gallego que, si pensaba que era su día de gloria, debería haber recordado antes las andanzas de Milinko Pantic en un partido de Copa en el Camp Nou, allá por 1997.
La zozobra del equipo era evidente. Tanta que algunos culés ya firmaban el cuarto puesto que asegurase la Xempions y una derrota honrosa en la final de Copa. Pero llegó la reacción. Fulgurante. Como había hecho el Celta en la primera parte, el Barça no dio tiempo a pausar el partido: en el primer ataque con intervención de Dani Olmo, éste confirmaba su gran calidad con un buen disparo cruzado. Los de Flick se volcaban en el campo rival y en un abrir y cerrar de ojos llegaba el empate: Lamine ponía un medido centro al área para que Rabinha, llegando desde atrás, marcase de cabeza. El partido enloquecía.
Quedaban aún 20 minutos aún por delante. Y cualquier cule, a poco exaltado que sea estaba ya seguro de la victoria. Y de levantar la liga. Porque si algo ha mostrado el equipo esta temporada es que, podrá estar más o menos inspirado, más o menos en forma, pero no se puede dudar que lucha hasta el final. Las remontadas de última hora han sido una de sus señas de identidad.
Pero el Celta supo reponerse. Y por momentos pareció que lograría una remontadis interruptus. Los locales empujaban pero no llegaban las ocasiones. Menos aún, el gol. La salida de Lewandowski –tercer partido consecutivo sin tirar a puerta– pareció confirmar el mal presagio de que se perderían dos puntos vitales. Al menos el segundo puesto en la liga estaba asegurado. Y quizá se podía arañar una tanda de penales en la final de Copa.
El partido necesitaba un catalizador final. Quizá fue la entrada de Iago, con su barriobajerismo y simulación de agresión para calentar el partido, el último acicate que necesitaba el público y el equipo. Y, si bien es cierto que la tuvo el Celta en tiempo añadido, el gol llegaría en área contraria. Derribo a Olmo que el trencilla no pitó, pero el VAR acudió al justo rescate. Rabinha asumió la responsabilidad y clavó el balón en la escuadra para poner el primer ladrillo del monumento al tercer triplete. Porque ahora ya es seguro que se campeonará con cuatro jornadas de antelación, tras haber arrasado al Mierdas en la final de Copa. Incluso se podrá preparar con tranquilidad la final de la Xempions. Sí, amics, la esquizofr
enia culé es así.
BARÇA FEMENINO
Partido correspondiente a la ida de las semifinales de la UEFA Women’s Champions League 2024/2025
Fecha: Domingo, 20 de abril de 2025
Hora: 18:00h
Televisado en: DAZN y TV3