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Volem la pilota

El nuevo eslogan “Volem la pilota” es realmente algo especial. No es solo una frase pegajosa, sino una declaración poderosa que captura la esencia misma de nuestro estilo de juego. En pocas palabras, dice mucho sobre lo que significa ser del Barça. Es una forma directa y clara de expresar nuestra pasión por el fútbol, por ese arte de mantener el balón en nuestro poder y dominar el juego. Es un recordatorio constante de que en el corazón del Barça, la pelota es lo más importante.

“Volem la pilota” existe gracias a Johan Cruyff. Su famosa frase, “Si nosotros tenemos el balón, el rival no puede hacernos gol”, encapsula a la perfección la filosofía que transformó al Barça. Cruyff no solo nos dio un estilo de juego, nos dio una identidad: la posesión, el toque y el control absoluto del balón. Este principio revolucionario es la base de lo que hoy entendemos como nuestro ADN futbolístico.

Esta idea alcanzó su máxima expresión bajo la dirección de Pep Guardiola. La final de la Champions League de 2011 contra el Manchester United es el ejemplo perfecto de esto. En ese partido, los jugadores del United se pasaron los 90 minutos persiguiendo sombras. Xavi, Iniesta, Busquets y Messi orquestaron un rondo letal que dejó al rival sin respuestas. La presión tras la pérdida era tan intensa que el jugador del United que más pases completó fue su portero. Ese encuentro no solo mostró nuestra superioridad, sino que elevó nuestro estilo de juego a un nivel que trascendió al mundo y a la historia.

Sin embargo, el tiempo pasó y el equipo empezó a alejarse de sus raíces. Con la llegada de Luis Enrique, el Barça adoptó un estilo más pragmático. La “Bestia Tricéfala” se convirtió en el eje del equipo. Si bien este tridente nos brindó momentos inolvidables, el enfoque se centraba más en la solidez defensiva y en aprovechar el talento individual de los cracks de arriba, en lugar de mantener la filosofía de la posesión y el juego colectivo.

El deterioro de nuestra esencia continuó con entrenadores que priorizaban el resultado por encima del buen juego. El caso más triste ha sido el último, con Xavi Hernández, una leyenda del club, traicionando sus propios principios. Xavi, que tanto había hablado de su devoción al estilo de juego del Barça, optó por un fútbol más directo, basado en una defensa cerrada y mucho juego por banda. Este cambio de rumbo nos llevó a perder nuestra identidad.

Y en medio de toda esta crisis de identidad, surge Gavi. Sé que mi fanatismo con este chaval hace que parezca exagerado, pero Gavi representa el concepto “Volem la pilota” como ningún jugador que haya visto yo nunca en la historia del fútbol. Es un chaval que no comprende que el rival tenga el balón, no lo acepta, y no lo piensa permitir. Se dejará el alma e impulsará al resto del equipo para conseguir recuperar el balón. Pero después, una vez recuperado, muta en un jugador con conceptos muy definidos del fútbol de posición (toda la vida en la Masia), con una calidad técnica por encima de la mayoría y capaz de rendir tanto en la base de la jugada, en la mediapunta o incluso en banda.

Para recuperar lo que fuimos, necesitamos jugadores que deseen el balón, que vivan y respiren el fútbol de posesión. La única forma de volver a ser el Barça que maravilló al mundo es abrazando nuestra esencia, nuestro amor por el balón. “Volem la pilota” no es solo un eslogan, es una declaración de principios.

Y con el entrenador adecuado, Gavi es el jugador que puede liderar ese cambio y devolvernos nuestra identidad perdida: Recordar a todos que la pilota és nostra.