El principal objetivo de esta campaña es destrozar la imagen del club para siempre, no bajarnos a segunda ni historias de estas. Fundamentos jurídicos para empurarnos seguramente ni hay ni habrá y los ideólogos del ataque lo saben perfectamente. Pero oye, apliquemos la máxima de “difama, que algo queda” hasta las últimas consecuencias y si encima sabes hacer esto con “maestría” (o sin escrúpulos, tanto da), aprovechando el lodazal de las redes sociales para difundir el mensaje, pues ya tienes la tormenta casi perfecta en contra de tu enemigo.
Se quiere que cuaje la idea de que durante 18 años tuvimos a los árbitros en nómina y poner una mancha enorme en la época más laureada de nuestro club. Esto incluye también cuestionar la exitosa trayectoria del mejor equipo de nuestra historia (el de Messi / Pep) y que es también, y eso es una de las cosas que más les jode, probablemente el mejor equipo de la historia del fútbol en general, en el fondo (éxitos) y en las formas (vistosidad del juego).
Y, por último, tener una coartada para posibles maniobras arbitrales e institucionales futuras en favor del club que siempre (y de verdad) ha sido beneficiado por los trencillas y las instituciones. “No te quejes que tienes a Negreira ahí”, dirán.
Y, desgraciadamente, se está consiguiendo de forma implacable e impecable. Siento ser más negativo que los demás, pero no puedo evitar verlo así.