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Crónica

Lo(s) mismo(s) de siempre

“Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo” dicen que dijo Albert Einstein. Y en una eliminatoria en campo contrario, a partido único, sabiendo que un rival con más físico va a ir con todo, salir a ritmo del muerto, lo normal es un funeral. El Athletic ganó en todo: en fútbol, en físico -pese a tener 3 días menos de descanso-, en anticipación, en ganas… Si al Trío Calaveras se le suma un portero en decadencia y un Dani Alves contagiándose de la desidia troticochinera el resultado es una alineación parecida a la de la última final de Champions… hace más de un lustro.

No tardó mucho el Athletic en poner en evidencia a los de siempre. Concretamente un minuto y medio. No diga pelota perdida, diga Busquets. Y Nico Williams que con su velocidad empezaba a ridiculizar –lo hizo toda la noche- a Jordi Alba. El de Hospitalet ya se aleja tanto del rival para que centre tranquilamente, que tal vez podría considerar el alejarse un poco más: hasta la grada, concretamente. Quedando en evidencia desde 2017, ya no hay un Messi que tape el agujero negro que es su banda izquierda. Muníain no quiso ser menos que el menor de los Williams y se sacó un gran centro a la escuadra de Ter Stegen. 

Pese a no controlar el partido en ningún momento, hubo alguna buena noticia a la que el Barça podía aferrarse. Parece que a Ferrán Torres se le caen los goles y va sobrado de calidad. Con su tiro de rosca, descontó al menos 1 de los 55 millones de su precio. Ya ha mejorado las prestaciones de DembeLOL. Así de bajo había dejado el listón el francés.

Aún así siguió el Athletic imponiendo el partido a su gusto. Al descanso, lo mejor para el Barça era el resultado. 1 tiro a puerta, 1 gol. Pero Xavi, no contento reincidir partido a partido en la alineación de quienes ya han jugado sus mejores 400 partidos a pesar de ver lo que penalizan a su equipo, tampoco acertó con los cambios. Con Nico de extremo derecho, con Araujo centrando en ocasiones desde la izquierda y con los de siempre jugando el 100% de los minutos OTRA VEZ, el despropósito no parecía tener fin. 

Y las ocasiones seguían cayendo del lado bilbaíno a quienes, por suerte para los azulgrana, les cuesta muchas ocasiones el hacer un gol. Y tanto iba el cántaro a la ría de Bilbao que un centro al área, rematado doblemente por jugadores del Athletic, volvió a retratar al grueso de la defensa culé: hay que olvidarse de Haaland e invertir lo poco que hay en la caja en la retaguardia. Es cierto que Piqué aún mantiene el tipo dentro del caos trillizil pero solo cuando mete al equipo dentro del área pequeña. Nunca si la idea de juego es tener la defensa a 40 metros del área.

Casi eliminado, tiró el Barça de pundonor, más que de juego, y jugó la baza de Ansu y Pedri. A poco del final, una churrichilena de Alves permitió al canario forzar su parte favorita del fútbol. Son ya 16 eliminatorias las que ha jugado, y en 13 se fue al tiempo extra. La Pédriga. Que solo sirvió para alargar la agonía con la enésima DecepJong de Frankie y el rosario de las lesiones que se sigue cebando con el Barça en general y con Ansu Fati en particular. Sin querer compararlo con D10S, el abrazo con Xavi recordó inevitablemente a aquel de Leo lesionado con Frank. Las lágrimas del chaval eran una alegoría de lo que estaba por venir. Penalty discutible y evitable de Alba para certificar su defunción futbolística y servirle en bandeja a Muniain la sentencia de la eliminatoria. 

Si la derrota con el Real Madrid mostró un halo de luz, hoy se ha vuelto a hacer de noche. Se preveía que el primer curso post-Messi iba a ser desolador. Pero no tanto. Y el balance con Xavi ya no invita al optimismo: 5 victorias en 13 partidos, eliminado de tres competiciones y sin encadenar dos partidos seguidos buenos en liga. El objetivo del cuarto puesto parece ya lo único viable. Y el comodín de la Alvesinha a lo Rivaldo ya se ha gastado.