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Yoyalodije

Rebaja salarial

Del tema de la entre poca y nula disposición de las vacas sagradas a bajarse el sueldo, pues lo dicho por aquí por muchos (entre los que me incluyo): tan sorprendente como que en enero haga frío en Siberia. Que tipos que en su mayoría fueron piezas importantísimas del mejor Barça de la historia vayan a acabar siendo recordados, ya no solamente por los continuos ridículos en Europa que han protagonizado, sino por lastrar al club de manera indecente (por mucho que estén en su pleno derecho de no bajarse el sueldo) durante años, me parece de una tristeza tremebunda.
Mención aparte en este sentido merecen dos tipos: uno, Jordi Alba, jugador sobrevaloradísimo, protagonista directísimo y con un altísimo grado de responsabilidad en la enorme mayoría de esos ridículos previamente mencionados. Ni por dimensión futbolística, ni por peso en los títulos (en la era Pep ni estaba), ni por calado en el barcelonismo debería ni ser mencionado junto a los Busi, Piqué y muchísimo menos Messi. Lo he dicho en muchísimas ocasiones y lo mantengo: guardo una botella de cava para cuando se confirme que este tipo deja de vestir nuestros colores. El otro, cómo no, es nuestro Charly Rexach del siglo XXI: Sergi Roberto. Que un futbolista de sus condiciones haya podido desarrollar la práctica totalidad de su carrera en el Barça no responde a nada lógico. Que la solución para que acabe llevándose toda la pasta calentita sea que nos lo debamos papar 3 años más, es directamente delirante. Al final, entre su mediocridad, la incompetencia de Bartolo y la falta de valentía de Lapo, tendría guasa que el chico este lograse lo que no hicieron dos GROSSOS como Xavi e Iniesta (y probablemente tampoco haga Leo): ser lo que los ingleses llaman un ‘one club man’, ni mas ni menos que en todo un Futbol Club Barcelona. De locos.

En fin: que parece que en clave barcelonista, cada noticia empeora a la anterior. Pensaba que la cosa se enderezaría más pronto que tarde, con Jan al frente, pero empiezo a temer que la travesía por el desierto durará un tiempito largo. A mí, sinceramente, no creo que me queden ánimos como para aguantarla…