Tras una durísima eliminatoria de Copa contra el Atlético de Madrid, nos tocaba viajar en Liga a los dominios del equipo con el que compartiremos protagonismo en la Final del título español de KO., el Alavés.
Este desplazamiento estaba marcado por la necesidad de ganar para seguir la estela del líder – solucionada con solvencia- y por una polémica ajena al futbol, una pelea entre presuntos aficionados de un equipo y otro saldada con algún herido y alguna detención. En lugar de combatir estos comportamientos, parece que vuelvan a fomentarse. Pero de esto, ya tendremos tiempo de debatir.
En una tarde fría y lluviosa, salió Luis Enrique con otro 11 discutible y fiel a su manera de pensar y a las rotaciones, evidentemente pensando en el PSG, el martes jugamos en París el partido de ida de una eliminatoria de octavos de Champions que será muy competitiva.
Cuando vimos a Aleix Vidal,Umtiti, Mathieu y Digne en la línea defensiva, algunos nos pusimos las manos a la cabeza.
Pero, más tarde, la sensación del equipo en el terreno de juego no tuvo nada que ver con los últimos partidos que habíamos disputado.
Aprovechando que el posicionamiento de Pellegrino – que también salió con bastantes suplentes debido a la intensidad de su anterior partido de Copa- era similar al del Camp Nou, que tan buen resultado les dió, el Barça dominó desde el principio pero con más intensidad y movilidad.
Nuestro centro del campo, con la vuelta de Busquets, muy bien acompañado por Rakitic y André Gomes, intentaba que llegasen balones al área de la portería de Pacheco.
Neymar, muy bullicioso, era el que más intentaba desarbolar a la defensa vasca, aunque no acababa de acertar en sus decisiones finales.
Tras una posible falta al brasileño, al principio del partido, se produjo una entrada de Umtiti que no tardó Clos Gómez en castigar con amarilla. Fiel reflejo de lo que fue todo su arbitraje, casero por no decir algo más gordo.
Pero hoy el Barça no quería seguir con polémicas arbitrales e iba por faena y percutiendo el área vitoriana con continuidad. Solo faltaba el gol.
Y, a pesar de que la primera gran ocasión fue del Alavés, en un corner a favor nuestro mal cerrado, Theo – triste protagonista del partido de hoy- le gana la espalda a un lentísimo Digne para plantarse solo ante Ter Stegen – gran partido del guardameta-que salva el gol.
En la siguiente jugada, lucimiento de Pacheco en el contrataque y, a partir de ahí, empezó el festival blaugrana.
En una gran combinatoria de nuestra delantera,Suárez, que había estado apagado hasta entonces, fusila al portero local en posición de 9.
Lo más difícil estaba hecho, abrir la lata y, antes del descanso, en una jugda que parecía que iba a acaba en nada, un balón largo al uruguayo por la izquierda, al cual no llegaba, acaba rebotando en su cabeza por el despeje de Pacheco y acaba a pies de Neymar que hace el 0-2
Pellegrino hizo cambios en el descanso, que en principio parecía más defensivos pero salieron a por todas en la segunda parte. Entre Ter Stegen y la defensa evitaron que los alavesistas recortaran distancias y en una gran contra ( que gran trabajo de transición hizo Suárez en esta segunda parte) Messi marcó el 0-3.
Ahí se acabó todo. En boxeo hubiese finalizado el combate por KO. Pero debíamos llegar al minuto 90 y los nuestros hicieron 3 goles más. Alexis en propia puerta evitando el segundo de Messi, cañonazo de Rakitic tras un taconazo de Suárez y otro fusilamiento del propio uruguayo hicieron las delicias de la afición.
Entre todo esto, se dio entrada a Alba, Sergi Roberto y Alba para dosificar al equipo y Busquets forzó inteligentemente la quinta amarilla para descansar en casa ante el Leganés.
Lo peor de la tarde vino en los últimos minutos, una dura entrada de Theo a Aleix Vidal – no se señaló ni falta- acabó con el lateral catalán en el hospital en lo que parece, en principio una gravísima lesión de tobillo. Veremos el diagnóstico.
Resumiendo, recuperamos sensaciones, marcamos goles, rotamos a la plantilla y recordamos a los contrarios que estamos vivos y coleando.