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Crónica Barça 1 – Valencia 2: Ni trident, ni triplet, ni ‘na de na’

Pocas veces en la historia un equipo habrá caído en barrena de la forma en la que lo ha hecho este Futbol Club Barcelona del ‘trident i triplet’. Desde que la liga pareciera casi en el bote con el 0 a 2 del descanso en El Madrigal, a sumar un punto de doce posibles en el campeonato, tres derrotas consecutivas y una eliminación en Champions de por medio. La derrota de ayer ante un Valencia que hoy por hoy es de los tres o cuatro peores equipos del campeonato (si no en cuanto a nombres, sí sin duda en cuanto a organización) fue la puntilla a una racha nefasta y esperemos, el ‘tocar fondo’ de un equipo que, por increíble que parezca, sigue teniendo objetivos por los que luchar. Y numéricamente hablando, se podría decir que una situación ventajosa. Otra cosa muy distinta son las dinámicas y las sensaciones, por supuesto. Y por desgracia.

Se puede decir que el partido comenzó bien para los intereses blaugrana: el balón se movía con más ritmo del experimentado últimamente, el juego se desarrollaba casi todo el tiempo en los tres cuartos del ataque culé y se llegaba a crear situaciones de cierto peligro para la meta de Alves. Sin embargo, ese tridente al que ahora se agarra todo el barcelonismo y que hace solamente cuestión de semanas parecía tocado por una varita mágica, ahora parece maldito. Una vez más, los tres componentes del trío malbarataron ocasiones indignas de la categoría de los futbolistas; Messi a botepronto, a bocajarro, Neymar en una vaselina bastante sencilla de ejecutar, y Suárez excesivamente lento a centro de Alba, fueron incapaces de adelantar a los blaugrana en el marcador. Y fue entonces cuando llegó la jugada maldita; balón en profundidad a Siqueira, que centra, el balón roza en Rakitic y se desvía hacia puerta, sin que Bravo pueda hacer nada por evitar el gol. 0 a 1 para los ches y el pánico instalado en la grada y lo que es peor, en el banquillo y el césped. A partir de ahí, juego errático, fallos, interrupciones continuas y como viene siendo costumbre, otra serie de oportunidades increíblemente falladas. Cuando la cosa parecía no poder ir a peor, Santi Mina ponía el segundo en el añadido.

El segundo tiempo siguió el guión que todo el mundo esperaba; salida con brío culé, autobusazo valencianista y ninguna continuidad en el juego. El Barça rondaba el área sin tampoco exigir gran cosa a un Diego Alves que además respondía con solvencia a las pocas acometidas. Hasta que por fin, una buena combinación entre Leo y Jordi Alba acababa con el gol 500 del argentino. Lástima que haya alcanzado una cifra tan importante con un gol tan triste, pero parece que a este equipo hasta lo bueno se le torna negativo. Con cerca de media hora por delante y parte del trabajo hecho, se podía intuir que el Barça se serenaría y daría un paso adelante, pero no fue del todo así: aunque Alba hacía daño por su banda y la buena labor de Machete y Piqué cada vez hundía más al Valencia en su campo, lo cierto es que las ocasiones claras llegaban con cuentagotas; una buena acción de delantero de Rakitic en el área que Alves desvió a corner, algún chut a bocajarro que siempre rebotaba en las piernas de alguno de los numerosos defensas ches, y una última ocasión fallada increíblemente por Piqué fueron el triste balance de un Barça que se jugaba la vida. Especialmente desesperados (y desesperantes) parecían un Neymar demasiado empeñado en hacer la guerra por su cuenta cuando estaba perdiendo todas las batallas, y un Suárez en perenne offside y absolutamente negado con el balón en los pies.

Difícil panorama el que se presenta en una liga que se dio por ganada mucho antes de tiempo (algo comprensible en afición y entorno, pero absolutamente intolerable para los profesionales) y que ahora tienes que pelear casi desde cero, sin margen de error y con el equipo completamente descompuesto táctica, física y psicológicamente. Esperemos que levanten cabeza. Complicado parece.