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Yoyalodije

¿Los futbolistas son un ejemplo?

Hablando un poco en serio (que creo sinceramente que el tema lo requiere); siempre he dicho que por norma general y salvo raras y contadísimas excepciones, los futbolistas no son ejemplo de absolutamente NADA fuera de un terreno de juego. Comportamientos como los protagonizados por los nuestros en Getafe el otro día lo dejan bien a las claras. Sin embargo, cosas así no dejan de ser paridas, estupideces llevadas a cabo por niñatos demasiado acostumbrados a hacer lo que les da la gana sin que ello tenga grandes consecuencias… más allá, evidentemente, del ruido que se genera por algunas de ellas en la Central Lechera.

Ahora en cambio, estamos ante un tipo cuyos actos van mucho, MUCHO más allá de la payasada; un tipo que para empezar, y pudiendo tener a su disposición prácticamente a la tía que le diera la gana, se lo monta con una prostituta menor de edad. Bueno, vale, por el rollo ese que tanto gusta al orejón de Carlitos Plus del in dubio pro reo, aceptaremos que hoy en día la culpa es de los padres, que las visten como p…, y que difícilmente el muchacho podría saber que la chica era menor. Ignorancia que, dicho sea de paso, de nada a servido a Messi en su caso con Hacienda; ni judicialmente hablando (el mayor contribuyente de un país que tiene, entre otros, a la segunda mayor fortuna del mundo), ni mucho menos de cara a la opinión pública.

Pero es que despues, este mismo tipo ha sido cazado hasta en tres ocasiones superando en muchísimo el límite de velocidad, con su(s) deportivo(s); poniendo en riesgo su vida (que allá él) y la de todos los que tuviesen la desgracia de ponerse en su camino. Y como yase ha dicho, si le han pillado 3, es que mínimo lo ha hecho en 30. Otra vez, la ‘callada mediática’ por respuesta.

Y llegamos al tema de la extorsión, su arresto, o mejor dicho su declaración voluntaria, y posterior declaración de culpabilidad. Es que vamos; en cualquier, CUALQUIER empresa, este tipo estaría suspendido de empleo y sueldo ipsofácticamente. Mínimo. Y sin embargo, ¿qué pasa aquí? Pues que los medios y voceros que tanto bombo le han dado a casos (graves) como un fraude fiscal y/o cuatro tíos haciendo el mono con máscaras de Halloween, ahora callan como la amiga menor del susodicho. Que el asunto pasa a ser de índole personal y que, esto lo sabemos todos, este tipo seguirá jugando cada domingo con ese club de camiseta blanca y que no empaña sin que aquí haya pasado nada.

Siempre y cuando, claro, en este caso intervenga la justicia de un país que, con todos sus defectos, al menos no es de pandereta.