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Crónica

La fiesta de Xavi (la última crónica)

Estuvo bien eso de ganar la Liga en el Calderón, entre otras cosas, para poder dedicarle sin distracciones este último partido de Liga a despedir a un jugador que ha sido el faro, el punto de referencia desde donde este maravilloso equipo ha llegado a dominar el fútbol y ello sin la presión de tener que sacar los tres puntos contra un equipo, este Depor venido a menos, que se jugaba el descenso.

Todo fue perfecto porque el resultado final fue lo de menos y el público y también sus compañeros y técnicos le dijeron un hasta pronto a un jugador ejemplar(sin un ápice de exageración) durante las 17 temporadas que ha vestido la camiseta del mejor club del mundo. Además, el Sr. Hernández, tuvo el honor de levantar esta costosísima Liga ante su público que coreó su nombre hasta hacerle saltar las lágrimas. Es humano.

Lo demás fue una anécdota: el resultado, los dos goles de Messi que hicieron que a alguien en Madrid se le subieran los gemelos a las amígdalas, la alineación por primera y última vez en esta Liga de Vermaelen y el absurdo riesgo de alinear al rosarino y a Neymar en un partido intrascendente arriesgándolos a un peligro innecesario.

Al final todos contentos, la noche fue tan feliz que hasta los jugadores del Depor saltaron como locos al final del partido para celebrar la permanencia. Somos así de generosos, el Induraín de los clubes de fútbol.

Queda para la historia la conquista de una gran y clandestina Liga, en la que, una vez más todo ha ido en contra: prensa, arbitrajes y que, allá por  el mes de noviembre, nadie pensaba en que fuera posible. Dicen que fue en el vestuario de Anoeta, otros que en la gala del Balón de Oro pero está claro que este Barça que hemos visto en 2015 se acerca mucho a las expectativas creadas al inicio de temporada con el fichaje de Suárez, un jugador que, desde que se acopló al equipo, ha sido pieza básica en la maquinaria azulgrana. Lo cierto es que incluso anoche, en una noche perfecta, todavía había gente interesada en manchar esta Liga de biscottos. Qué asco dan y qué jodidos deben andar.

Ahora le queda un poco más de trabajo a Xavi antes de irse a pillar pasta a Qatar pues tiene que levantar un par de Copas más en el plazo de quince días, para mayor gloria culé y hundimiento blanco. Estos dos trofeos, especialmente el de Berlín, pueden ser clave para el futuro de este club y del enterno rival, y hay que estar a la altura. Estoy convencido que será así.

 

 

Gràcies Xavi!!!

Força Barça!!!!