Categories
Yoyalodije

El ladrón de bicicletas

Estos días se ha hablado mucho, coincidiendo con el 10º aniversario, del primer gol de Messi con la camiseta del primer equipo. Fue contra el Albacete, una perfecta definición con vaselina incluida aprovechando un excelente pase de Ronaldinho a quien el astro argentino sustituiría pocos años después como máximo ídolo de la afición blaugrana.

Pensé que, como aperitivo del intenso final de temporada que nos espera, era el momento ideal de visionar el excelente e interesante film de Alex de la Iglesia sobre el mejor jugador del mundo, el más grande que han visto mis ojos y, seguramente, el más perfecto mago del balón que veré jamás.

Messi es un documental narrado en modo cronológico y en un formato multitertuliar. Distintas reuniones de amigos, conocidos y admiradores en distintas mesas de diferentes restaurantes de similar apariencia nos llevan en un viaje intensa y totalmente – o casi – futbolístico por la vida de Lionel Messi, desde su más tierna infancia hasta su triunfo en el F.C.Barcelona, la meta que el crack tenía en su cabeza desde siempre.

En estos distintos grupos hay desde amigos de la infancia, profesores, el primer médico que le trató sus problemas de crecimiento, entrenadores, compañeros de equipo, periodistas y, en tertulia privada, Jorge Valdano (guionista de la película) y Johan Cruyff.

Podríamos dividir el film en dos partes. Primero en Argentina, su clase innata, su obsesión por el balón, la comprensión de sus padres, la importancia de su abuela – a quien acostumbra a dedicar los goles- en sus inicios en el equipo del barrio y como cambió su vida al no poder seguir el tratamiento médico en su país.

En esta primera mitad, mucho más personal, podemos ver vídeos caseros de algunos de sus partidos alternando con una recreación biográfica con actores en los que prevalece el gran parecido físico con los personajes para dotar de mayor verosimilitud a una historia que, en todo momento, pretende ser bastante fiel a la realidad.

La segunda parte , mucho más futbolística, cuando ya ha conseguido debutar en el Barça, en la cual la mayoría de tertulianos ya están más sueltos, más en su salsa, disfrutando del talento del crack. Aquí ya solo importa el césped y el balón, su vida personal pasa a un segundo plano que apenas intuimos.

También Alex de la Iglesia, que ha intentado ser un mero transmisor de conocimientos y sentimientos, deja su huella cinematográfica en algunos momentos. Dota de intriga el fichaje por el Barça, incluso llegas a pensar que no firmará por la ineptitud de algunos directivos. Y deja muy clara la voluntad del jugador de luchar por jugar aquí, algo que jamás podremos agradecerle del todo.

Otra imagen memorable la vemos en la noche en que Asier del Horno le cosió a patadas en Stamford Bridge y Mourinho acuñó el término “teatro del bueno”. El director vasco hace un montaje visual en el cual sobran las palabras, vemos a Rijkaard abrazando de forma paternal a Messi mientras el entrenador portugués está escondido en el banquillo con cara de malvado y luciendo su frustración.

Pero quizá, si debo resumir el film en una anécdota, me quedaría con un partidillo de cuando era pequeño. En un torneo en el cual el premio era una bicicleta para cada jugador, Messi se había quedado encerrado en el lavabo de su casa y no pudo iniciar el partido. Cuando consiguió salir, su equipo perdía por dos goles pero consiguió voltear el marcador y llevarse el premio.

Hacia el final, en la mesa de periodistas, Jorge “Topo” López ( qepd, por cierto #Justicia para Topo) , recordando esta anécdota nos define claramente quien y como es Lionel Messi Cuccitini: “Él sigue jugando para conseguir esa bicicleta”.

Si pueden véanlo y disfruten del film. Y sigan disfrutando de la magia de ese niño y de todas las bicicletas que vamos a seguir ganando si D10S quiere.