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Crónica

Sin excusas

No hay que darle más vueltas al partido de anoche. Es Champions y al Milan le salió su partido, y al Barça, evidentemente , no. Después está el lamentable estado del césped, el árbitro Thomson que concedió un importante gol a Boateng que no debió subir al marcador pero lo principal es que ayer no vimos a nuestro Barça pues, al parecer, se quedó en los vestuarios de San Siro. Es lo que peor me sabe. Porque el Barça ha jugado en terrenos de juego parecidos al de ayer, e incluso peores, pero aún así dio sensación de peligro y de ahogo al contrario. Ayer no recuerdo un chut con peligro, no recuerdo una ocasión clara de gol, ayer el Barça no mereció ganar.

El once que alineó JR lo hubiéramos firmado todos pero la ejecución del plan fue pésima desde el primer minuto de juego. Reservón, el Barça salió a tomar el control del balón, cosa que consiguió a medias aunque tampoco el Milan tenía demasiadas ganas de salir de la cueva. El Barça no pasó de tres cuartos de campo en casi la totalidad de la primera parte con un Messi ultramarcado y el resto de jugadores poco acertados. El 0-0 no era mal resultado y el Barça no cambiaba su guión plano y nada vertical y así, metidos en la mediocridad, se llegó a la segunda parte.

El Milan salió algo más ambicioso del descanso y el Barça seguía metido en su mantra absolutamente conservador. El partido se iba desarrollando en esta dinámica hasta que llegó el momento decisivo del partido.  Minuto 55 , Montolivo saca una falta lateral, el balón le da en la mano de Zapata que la deja muerta para que Boateng remate a gol ante la indignación de los barcelonistas. He de confesar que no me sorprendió. La dinámica de partido no me gustaba un pelo y en Europa pueden pasar estas cosas. Lo peor vino después.

El Barça tras el gol no tuvo el cuerpo “pa farolillos”. Se quedó estático, impotente y sin soluciones desde el banquillo. Nos faltaba gol y ¡salió Alexis!. En fin que no solo no creamos ocasiones sino que pareció que nos conformábamos con el 1-0 lo cual, como todos sabemos, llevaba irremediablemente al 2-0. El Barça zozobró en esos minutos y el Milan aprovechó un mal cierre de Alves, otro más, para, a través de Muntari, rematar un marcador que fue duro con el Barça pero que no me atrevería a decir que fue injusto.

Sí, el arbitraje de Thomson fue cínico hasta el extremo al no querer ver la clara mano de Zapata en el gol, una mano que amortiguó lo suficiente el balón para que Boateng rematara a placer, tampoco quiso ver un clarísimo penalti de Mexes a Pedro en el descuento del partido. Arbitraje casero, europeo o como se le quiera llamar. Pero el Barça sacó su peor versión en San Siro y escudarse, aunque sea con razón, en dos jugadas puntuales, taparía el pésimo partido que tuvieron a bien hacer los chicos de Roura, con él al frente.

No quiero pensar en la vuelta, faltan demasiados días y hay demasiadas cosas importantes por el camino. Solo quiero dejar una idea, si este Milan puede marcarnos dos goles, al menos potencialmente, nosotros les podemos marcar cuatro. Es cuestión de mentalidad, de saber todos que es lo que queremos. Espero que el 12 de marzo este Tito ya con nosotros y un Villa que ayer también eché a faltar. Los necesitamos a todos. Sin excusas.