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Crónica

Todo por decidir

La rivalidad nos mata, y también la añoranza. Si el partido que hizo ayer el Barça, en lugar del Bernabéu hubiera sido en el Allianz Arena o en Old Trafford, sin duda hoy los aficionados estaríamos hablando, sin duda, de exhibición blaugrana pero en el Bernabéu no solo hay que jugar mejor que el rival sino que hay que golearlo siempre. Sinceramente, futbolísticamente no encuentro grandes diferencias entre el partido que el Barça hizo ayer y algunos partidos en los que se sacó mejor resultado , como el 1-3 de Liga del año pasado o incluso el famoso 0-2 de Champions, el día de los “pur qués”. El Madrid, habiendo mejorado, no llega a construir un modelo futbolístico propio que no dependa del juego del Barça, de hecho todo el peligro que crean es a base de presionar mucho los puntos delicados de la salida de balón estando a merced de su buena defensa en muchos momentos del partido. Ayer no definimos las ocasiones porque a veces pasa que Messi está muy marcado y otros son los que tienen que definir. Sinceramente, nada preocupante.

Respecto al partido tuvo un inicio calcado al de los últimos clásicos. Un Barça frío y un Madrid muy revolucionado que en el primer minuto de juego ya tuvo la primera ocasión a cargo del cani que sacó una falta que Pinto paró con alguna dificultad. Poco a poco el Barça fue ajustando la salida de balón priorizando la salida por bandas, especialmente por parte de Alves que estuvo incansable. Cada vez me da mejores sensaciones el brasileño. Xavi dio la réplica con otro lanzamiento de falta que dio en el larguero. El partido se abrió y hubo muchos minutos de descontrol que provocaron algunas llegadas del Madrid como una clarísima de Benzema que no supo colocar entre palos cuando estaba solo ante Pinto. El Barça hacia el final de la primera parte recuperó el control y pudo maniatar los contragolpes blancos con un Busquets muy bien situado sobre Ozil y Piqué sobre el cani. Todo quedó pospuesto para la segunda parte.

El Barça, tras el descanso, tomó el control y ya desde el inicio  comenzó a elaborar más sus jugadas. Así, en un mal despeje del otro cani, el canijón, dio en bandeja un balón a Messi para que asistiera a Cesc que batió con tranquilidad a Diego López. Por fin el Barça marcaba el primer gol en un clásico aunque al final eso no le serviría para ganar el partido. A partir del gol el Barça desarrolló sus mejores minutos, surgieron Iniesta y Messi y comenzaron a elaborar rondos en el Bernabéu, una sensación que hacía tiempo que no disfrutábamos con tanta claridad. El partido estuvo en ese tramo, los fallos consecutivos de Pedro, Cesc y Alba nos costaron ganar el partido pero la sensación durante muchos minutos es para ser muy optimistas. Al final una jugada aislada tras un córner erróneamente señalado por Clos Gómez, convirtió a Varane en el héroe local que marcó el empate de un buen cabezazo. Cada uno se agarra a lo que puede. El partido no dio más de sí y todo quedó postergado para dentro de un mes en el Camp Nou. Bonita eliminatoria.

Clos no estuvo mal, estuvo peor. El partido no fue especialmente difícil pero le vino grande como el traje de David Byrne. Fue condescendiente con Essien y Carvalho y estuvo pésimamente asistido en la banda señalando un fuera de juego muy sangrante en la segunda parte en el que Messi se quedaba solo ante Diego López. Si existe la nevera este hombre debería pasarse en ella el resto de la temporada.

El Barça tiene, según dicen los expertos, un bajón físico entre enero y mediados de febrero y así y todo ayer tuvo entre las cuerdas a un Madrid muy físico. Probablemente de aquí a un mes el equipo esté algo más rodado en la definición que es realmente donde ayer no estuvo demasiado fino. Ayer me fui muy tranquilo a dormir tras ver el partido, además de ver un gran partido, me sentí muy contento por el nivel de competitividad de este equipo que sigue intacto tras cinco temporadas. Eso sí que es un tesoro.