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Yoyalodije

A sus puertas

Queda poco para el clásico y por tanto los yoyeros nos animamos los unos a los otros. Aquí tenéis unas buenas muestras escritas por Hiei y Dr.Bacteri, per anar fent caliu que se suele decir.

Discurso motivacional de Hiei

Alzaré la voz, pues somos muchos, y vasta es la planicie en la que se extienden nuestras hordas:

Ante las murallas blancas, ante las almenaras brillantes y los emblemas dorados que adornan sus fortalezas, grises fuerzas de la tempestad, yo os invoco. Venid a mi. De todos los lugares en los que su luz ha tratado de cegar las almas de los hombres, de todos los reinos, repúblicas e imperios, allá donde la verdad se tornaba incuestionable y el pensamiento unificado no da pie a réplica. Venid a mi.

Porque entre todos alcanzaremos la victoria. No hay forma de frenar a nuestro ejército. Las tropas marcharán sobre sus fosos antes que el alba nos muestre el camino de vuelta a casa. No nos asustan sus altas defensas, sus gruesos muros, ni poderosas contramedidas, elaboradas para destruir a quienes osan retarles, ni sus ataques furtivos, desleales asaltos que los dioses malpermiten, tan poco efectivos como deshonrosos. Ninguno de los suyos puede detenernos.

Y es aquí, a sus puertas, donde se alzan los grandes héroes de nuestros tiempos. Aquellos que no han bajar la mirada frente a los que, antes que ellos, se alzaron en tronos y olimpos. Verdaderos aquiles emparentados con los dioses, que si bien conocen el sabor de la derrota, jamás permiten acostumbrar su paladar a semejante ponzoña.

Golpearemos sus murallas, chocarán las espadas, volarán los hechizos, se hundirán las flechas en nuestros enemigos, y entre guerreros, magos y protectores, entre pequeñas divinidades y grandes bestias, hermosos príncipes corrompidos por su belleza, sabios y eruditos, desertores, canallas, valerosos, caídos, sedientos de sangre y milagrosos salvadores, entre el Poder y la Gloria…

…su voz nos llevará a la victoria.

Discurso motivacional de Dr.Bacteri

Debemos recordar que estamos en las fases preliminares de una de las grandes batallas futbolísticas de la historia, con muchos más frentes abiertos que nuestros rivales: que hemos luchado por las dos Supercopas española y europea, y las hemos ganado; que nos enfrentamos a las primeras escaramuzas en la Copa; que estamos preparados para el Mundial de clubes en Japón; que la batalla en la Liga es continua y que muchos preparativos tienen que hacerse todavía para ganar la Champions.

Y un partido es un partido, y nuestros rivales son quizá los mejores a los que nos hemos tenido que enfrentar nunca. Es posible perder. Es más, nuestros jugadores deberían irse a dormir cada día repitiendo diez, cincuenta veces ¡Es posible perder! ¡Es posible perder! … ¡Y qué, si se pierde!

Si perdemos tendremos ante nosotros una prueba de la más extenuante naturaleza. Si perdemos tendremos ante nosotros muchos y largos meses de desafío, difamaciones y sufrimiento. ¡Y qué! Como Pep diría al Yoya: «Este equipo persistirá aunque no tenga nada más que ofrecer que sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor». Imagináos si además puede ofrecer calidad, elegancia, genialidad y disciplina táctica.

Si me preguntáis, ¿Cuál es nuestro juego? Yo os diré: Dominar al rival con el ritmo del partido y defenderse con la posesión del balón; Abrir el juego por las bandas y marcar por el centro; Defender con los delanteros e iniciar los ataques con nuestros defensas y portero; Dar pase tras pase para encontrar el punto débil del contrario y sin solución de continuidad rebanar la defensa con un solo pase; Tener más calidad que el contrario pero correr y luchar por lo menos igual que él; jugar al fútbol contra una tiranía mediática y de monstruosa riqueza, nunca superada en el oscuro y lamentable catálogo de malhechores futbolísticos. Éste es nuestro juego.

Si me preguntáis, ¿Cuál será nuestra aspiración? Podré responder con una palabra: Victoria, victoria a toda costa, victoria a pesar de toda la caverna; victoria por largo y duro que pueda ser su camino, porque sin victoria no hay supervivencia. Tened esto por cierto: no habrá supervivencia para todo aquello que el juego de este Barça ha defendido, no habrá supervivencia para el estímulo y el impulso de todas las generaciones de la Masia, para que el Barça avance hacia su objetivo.

Pero Pep asume su tarea con ánimo y esperanza y estoy seguro de que no toleraremos que la causa barcelonista se malogre en medio de la tormenta. En este tiempo inseguro me siento autorizado para reclamar la ayuda de todos los culés y decir, alto y claro: «Venid y vayamos juntos con nuestras fuerzas unidas hasta la victoria final”.